Análisis de los titulares de los diarios - Para La Nación la actitud de Pando no mereció la portada

Análisis de los titulares de los diarios
Para La Nación la actitud de Pando no mereció la portada
07-08-2008 - Eduardo Fleming
Con actitudes los medios reflejan de que lado están, algo que queda demostrado con el tema Pando En Página nos muestran a la famosa “cacerolera” en un paso que va “De la tragedia a la comedia”, contándonos desde el norte del país que “Cecilia Pando desató un escándalo ante las condenas sufridas por cuatro represores en Corrientes, que van desde los 18 años a la prisión perpetua por crímenes contra la humanidad.
http://www.diariocritico.com/argentina/2008/Agosto/noticias/91225/titulares-7agosto.html
Tras la condena a militares en Corrientes
Pando reconoció haberse desbordado, pero atacó a Duhalde
"Pido disculpas, no fue mi intención", dijo sobre los insultos a los jueces; negó las amenazas de muerte al secretario de Derechos Humanos, aunque volvió a calificarlo de "terrorista"; Carlotto pidió que actúe la Justicia
Jueves 7 de agosto de 2008 13:02 (actualizado hace 35 minutos)
Pocas horas después de insultar a los jueces que ayer condenaron a tres militares por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura y de amenazar de muerte al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, Cecilia Pando pidió disculpas por los agravios, negó que haya hablado de "matar" al funcionario, aunque ratificó las duras acusaciones en su contra.
Por su parte, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, repudió la conducta de la mujer, casada con un militar que fue pasado a retiro por el ex presidente Néstor Kirchner, y pidió la intervención de la Justicia por los incidentes ocurridos ayer en Corrientes.
"Soy temperamental". "Ayer se vivió un momento bastante tenso en Corrientes, que comenzó muy temprano con cantitos y con insultos. La verdad es que en ese clima tan tenso, con tanta injusticia, yo sinceramente lo reconozco que me desbordé. Pido disculpas, no fue mi intención, soy temperamental y todo esto me supera", afirmó Pando en declaraciones a radio Global Station.
Además, negó haber amenazado de muerte Duhalde, aunque admitió haberlo insultado. "Jamás dije que lo iba a matar con mis propias manos, eso es mentira", señaló la mujer.
Embate. "No me di cuenta, me desbordé, pero sí lo insulté. Lo que le dije a Duhalde fue: «Yo me voy a encargar que usted vaya a la Justicia, y personalmente de que usted sea juzgado»". Enseguida, volvió a acusar al secretario de ser "un terrorista que hacía apología del delito".
Ayer, una vez conocidas las condenas de reclusión perpetua para el coronel Rafael Julio Barreiro, de 25 años al coronel Horacio Losito y el capitán Juan Carlos Demarchi, y de 18 años al ex comandante de Gendarmería Rafael Julio Barreiro por la desaparición de dos personas y aplicación de torturas a otras 11 personas Pando se puso al frente de un grupo de manifestantes que insultaron a los jueces que emitieron el fallo.
Imágenes televisivas mostraron a Pando mientras hacía claras señas de querer cortarles el cuello a los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes después de que se conocieran las sentencias y gritaba "cobardes" a los magistrados.
Acción judicial. Carlotto, en tanto, en alusión a Pando consideró: "O está demente y debe ser internada o debe ser llevada a los tribunales por apología del delito".
En la misma línea, pidió que la mujer "no tenga privilegios" y planteó que si un militante de un organismo de derechos humanos hubiera tenido una actitud similar lo hubieran detenido.
"Espero que la justicia tome medidas porque no se puede dejar pasar como si nada a una persona que representa a otros en una asociación que se formó en defensa de los militares", concluyó Carlotto.
Por su parte, Duhalde informó que no iniciará acciones judiciales contra Pando. Así lo confirmaron a la agencia oficial Télam que, no obstante, afirmaron que las expresiones de Pando representan "un ataque a la democracia, a la memoria y a la Justicia".
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1037362
Derechos humanos: fuertes condenas a militares en Corrientes
Escándalo de Pando en un juicio
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El primer juicio por violaciones de los derechos humanos durante la dictadura que se efectuó en Corrientes concluyó ayer con un escándalo protagonizado por Cecilia Pando, que insultó a los miembros del tribunal (que impusieron severas penas a tres militares retirados y a un ex gendarme) y amenazó de muerte al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.
"Sos una mierda, un hijo de puta", le gritó Pando a Duhalde, quien la calificó como "una provocadora profesional". Y, en un comunicado oficial, denunció que también lo había amenazado. "Te voy a matar con mis propias manos", dice Duhalde que le gritó Pando, lo que la mujer desmintió anoche a LA NACION.
"En ningún momento le grité eso a Duhalde. Sí le dije que yo lo voy a llevar a la Justicia porque él también tiene que ser condenado", relató al admitir que el clima en el tribunal de Corrientes era "horrible" por la presión encontrada entre organismos defensores de los derechos humanos y quienes acompañaban a las familias de los militares condenados.
"Me sacaron de quicio porque están juzgando a quienes eran subtenientes en aquellos años. La gente de derechos humanos te provoca todo el tiempo y uno no es de hierro", justificó Pando sus reacciones.
Imágenes televisivas mostraron a Pando mientras hacía claras señas de querer cortarles el cuello a los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes después de que se conocieran las sentencias y gritaba "cobardes" a los magistrados.
Pando es la esposa del mayor retirado del Ejército Pedro Mercado y milita en defensa de los militares acusados por la represión ilegal.
El tribunal condenó a prisión perpetua al teniente coronel Julio Rafael Barreiro y a 25 años de detención al teniente coronel retirado Horacio Losito y al ex capitán Juan Carlos De Marchi. El ex comandante de Gendarmería Raúl Alfredo Reynoso recibió una pena de 18 años de prisión, en tanto que fue absuelto el ex suboficial de esa fuerza Carlo Piriz.
Todos fueron condenados por delitos vinculados con la privación ilegítima de la libertad , asociación ilícita y violaciones de los derechos humanos ocurridos en el ex Regimiento IX de Corrientes, en el cuartel de Santa Catalina, en la jefatura de la policía de Corrientes y en la brigada de investigaciones de esa fuerza de seguridad entre los inicios de 1976 y fines de 1977. El tribunal, presidido por el juez Víctor Alonso e integrado por los magistrados Lucrecia Rojas de Bardaro y Guillermo Navarro, tiene pendiente la situación del último jefe del Ejército de la dictadura, Cristino Nicolaides, debido a su estado de salud.
"Contenido afectivo"
El esposo de Pando intentó explicar los motivos que pudieron haber impulsado a su mujer a tener una reacción tan virulenta en Corrientes.
"Más allá de nuestra postura fijada en contra de estos juicios por lo sucedido en la década del 70, este caso es muy especial porque hay una cuestión afectiva con las familias de Losito y de Barreiro", argumentó Mercado en diálogo telefónico con LA NACION.
Barreiro fue superior de Mercado en la Escuela del Arma de Infantería, fue su instructor y compartieron destinos militares. A la familia Losito los unen lazos de amistad.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1037251
Pando en Palermo y Miguens relaciones con la dictadura MIGUENS Y SU RELACION CON Juan Carlos De Marchi
una muestra de periodismo... ¿¿ puro...???
JULIO COBOS ¿QUE DUDAS CABEN? -PORQUE EL DIARIO PERFIL MANIFIESTA EN JULIO DE 2007 QUE CRISTINA podría no terminar su mandato en 2011??
CRISTINA, LOS MEDIOS Y VOS
¡Gracias! ¡Arriba las palmas! - Todo mezclado
SEGUN BAILA EL MONO CAPITULO 2 Estados Unidos: grandeza e impuestos - No se debe gravar la renta financiera En una nota en la revista ventitres -Riquezas y pobrezas de La Nación- Marcelo Zlotogwiazda - toma un par de notas del diairo LA NACION que se hayan en evidente contradicción, contradiccion que de tanto repetirse nos muestra el corazon del diario...
Es imperioso decir basta
Noticias de Opinión: anterior siguiente Jueves 7 de setiembre de 2006 Publicado en diario de hoy
Una de las primeras controversias que se plantean en la sociedad frente a hechos como el generado en los últimos días por el juez federal Norberto Oyarbide es si la Justicia argentina, al igual que muchos representantes del oficialismo, está actuando con la necesaria imparcialidad cuando dispone la anulación de algunos indultos y no hace lo propio con los jefes guerrilleros que también se beneficiaron con el perdón del gobierno de Carlos Menem.
En el proceso de revisión de los delitos cometidos desde el gobierno militar iniciado en 1976, la Justicia de nuestro país viene sosteniendo que cualquier crimen cometido por funcionarios del Estado en el contexto de la represión es imprescriptible, en tanto que los indultos son nulos. Diferente sería, de acuerdo con el criterio de los jueces, la situación de quienes cometieron crímenes en nombre de las organizaciones guerrilleras que tuvieron en vilo a la Argentina en los años 70.
Cabe recordar que, durante el gobierno de Menem, fueron indultados 57 miembros de organizaciones guerrilleras, encabezados por los integrantes de la cúpula de Montoneros Mario Firmenich, Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía. Distintos estudiosos del derecho sostienen que las convenciones internacionales a las cuales adhirió nuestro país no declaran imprescriptibles los delitos de terrorismo en general, sino sólo aquellos cometidos con el apoyo del Estado. Esta doctrina fue tomada por la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación cuando, el año último, declaró prescripto un delito del que se acusaba en España al líder de ETA Jesús Lariz Iriondo, que estaba refugiado en la Argentina.
Sin embargo, habría que recordar que la Asamblea General de las Naciones Unidas definió en 1996 como crímenes de lesa humanidad "los actos criminales con fines políticos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en personas determinadas". Destacó también que esos actos "son injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera que sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlas".
Estas precisiones habilitan a considerar como crímenes de lesa humanidad no sólo los cometidos por el terrorismo de Estado, sino también aquellos llevados a cabo por las organizaciones guerrilleras que asolaron la Argentina.
Como podrá apreciarse fácilmente, esta controversia no hace más que reflotar viejos odios y reabrir heridas, al tiempo que divide a una sociedad que sigue hipotecando así su porvenir y postergando la necesaria reconciliación nacional.
No se trata, entonces, de pedir que se juzgue a todos sin excepción. Por el contrario, habría que recordar que, desde los tiempos más remotos, la historia revela lo imperioso de decir basta, en determinado momento, frente a problemas como los señalados.
Por otro lado, no puede observarse sino con inquietud que, a la hora de reabrir causas judiciales, se pretenda desconocer que la Constitución nacional no admite que se aplique una ley penal para incriminar hechos anteriores a su sanción, o que se tienda a criminalizar una política económica de hace treina años.
Así como en las postrimerías del proceso iniciado en 1976 LA NACION se pronunció editorialmente en contra de la llamada autoamnistía con la cual el régimen militar buscó cubrir sus delitos contra los derechos humanos, años después del juicio a los ex comandantes este diario consideró que la familia argentina debía dejar de remover sin equidad las consecuencias de una década trágica. De ese modo lo han hecho sociedades que sufrieron crímenes tan graves como la argentina, o incluso peores, y que hoy se encuentran entre las naciones más cohesionadas y prósperas del planeta.
Es imprescindible que, sin olvidar las crueles lecciones del pasado, nuestro país avance tomando el ejemplo del coronel Argentino del Valle Larrabure, víctima de una facción terrorista en 1974, quien durante su largo cautiverio, antes de morir, pidió por escrito a sus familiares que si acontecía lo que finalmente sucedió no odiaran a nadie y devolvieran la bofetada ofreciendo la otra mejilla.
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