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El país / Edición Impresa
maría eugenia cobos sale en defensa de su padre
La noche del debate le advirtió a su padre: “Ojo con lo que votás”. Dice que él “no traicionó”. “¿Presidente? Puede ser”.
Andrés Fidanza
12.08.2008
“Ojo con lo que votás”, tecleó y mandó por mensaje de texto “Euge” -como la llaman con cariño en su casa de Mendoza- aquella frenética madrugada del jueves 17 de julio en que el proyecto de las retenciones móviles tuvo partida de defunción. Ya desde la tarde del miércoles, Eugenia, su hermana Virginia (25 años, profesora de Educación Física) y el novio, “todos muy exaltados”, se plantaron en el living frente a la tele de la casa.
“Como no aparecía en el recinto, lo llamé. Hablamos y lo tranquilicé porque estaba realmente nervioso. Tal como se lo vio por televisión”, recuerda Eugenia en tono amable, firme y bien mendocino.
“Es mi opinión, eh”, aclara sin falta antes de cada respuesta. No sea cosa de que se atribuya al padre lo que es de la hija, al vicepresidente radical lo que dice la veterinaria aplicada, muy decepcionada ella, casi enojada con Cristina Fernández de Kirchner. “No puedo entender que Cristina no reconozca sus errores”, opina entonces Cobos María Eugenia.
–¿Aquella madrugada, sabías cómo iba a votar tu papá?
–A partir de la tarde empezamos a imaginar, seriamente, la posibilidad de que tuviera que desempatar. Y la verdad es que sí, sabía, pero no porque él nos lo hubiese confesado antes, eh.
–¿Cómo, entonces?
–Porque lo conozco, sé cómo es. Esa ley no iba a solucionar nada. Él siempre intentó mediar, dialogar y consensuar en el conflicto. Incluso mandó una carta en ese sentido. Votar a favor de ese proyecto de ley hubiese contradicho todas sus intenciones.
–¿Fuiste muy influyente en la decisión de tu papá?
–Quizás escuchó mi punto de vista por ser su hija. Además, estoy en quinto año de Ciencias Veterinarias, que se relaciona con la problemática del campo. Igual, no deja de ser una opinión más.
–Pero Cobos le dio mucha importancia a tu opinión.
–Sí, desde el principio del conflicto hablamos del tema y le di mi opinión: que con las retenciones la situación iba a empeorar. En general en la familia acompañamos sus decisiones. Yo soy la única que le dije más directamente qué pensaba.
–¿Percibís un mejor clima social desde el voto de tu papá?
–Sí, la gente estaba cansada después de meses de conflicto. Yo iba a hacer las compras y no había nada en el supermercado. Se planteaba un acto contra otro acto. Eso no ayudaba en nada. Estaba todo muy violento. Ahora, hay un clima más tranquilo.
–Se disparó además una especie de adhesión popular por tu papá. Una “Cletomanía”.
–Sí (se ríe), a mí me causa gracia. Pero es cierto, mucha gente lo tomó como un ídolo. A casa siguen llegando cartas de todos lados, Salta, Entre Ríos, La Rioja, todas para agradecer su gesto. Estoy muy orgullosa, a pesar de que a algunos les molestó su voto.
–Algunos dirigentes oficialistas lo llamaron traidor. ¿Qué pensás?
–Él no traicionó a nadie. La mayor traición de un político sería engañar al pueblo que lo votó. Y él nunca traicionó al pueblo. Otros (Antonio Cafiero) dijeron que traicionó a los peronistas, pero él es radical.
–Muchos hablan de tu papá como candidato a presidente, por su imagen positiva. ¿Te gustaría?
–Le faltan tres años y medio de mandato; es mucho. Puede ser. Lo importante, ahora, es que cumpla, como está haciendo, su rol de vicepresidente.
–¿Te imaginás, entonces, la consigna Cobos presidente?
–Preferiría que estuviera más tiempo en casa.
–¿Qué te parece la gestión de Cristina?
–Durante su campaña estaba esperanzada, tenía confianza en ella y pensaba que la Argentina iba a crecer. Pero ya no. Se tuvo que llegar a este punto y ella no pudo solucionar el problema con el campo. Pero lo que más me molestó, lo que no puedo entender es que Cristina no reconozca sus errores.





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