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26 de septiembre de 2008

Antonini : “El se hizo responsable” la carta y los cambios de libreto


Viernes, 26 de Septiembre de 2008
EL PAIS › DECLARO LA EX POLICIA QUE DESCUBRIO LA VALIJA

“El se hizo responsable”
La ex integrante de la PSA ratificó que Antonini dijo que era el dueño de la valija. Señaló que algún pasajero pudo llevarse su equipaje por un pasillo paralelo, pero que ella vio a Claudio Uberti salir sin valijas.



Por Irina Hauser y
Raúl Kollmann

La ex integrante de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) María Luján Telpuk ratificó ayer que Guido Antonini Wilson dijo espontáneamente que él era el dueño de la valija en la que luego se encontraron los 800 mil dólares. Además, el Gordo era casi la única persona que todavía esperaba el equipaje en ese momento, dado que los demás pasajeros ya habían recogido sus valijas y se subieron a los autos que los esperaban. Eso también demostraría que la valija era suya. “El se hizo responsable desde el primer momento; no dudó, no dijo que el dueño se fue ni nada. Estaba muy tranquilo desde el primer momento y dijo que él era el dueño”, señaló textualmente en su declaración de ayer ante el juez Daniel Petrone. Telpuk, además, sostuvo que revisó con el scanner todas las valijas que bajó el piloto del avión, lo que descartaría que por allí haya pasado la otra valija u otras valijas de las que habla Antonini Wilson en Miami. Agregó que tal vez algún pasajero pudo llevarse su equipaje caminando por un pasillo paralelo, pero que ella vio a Claudio Uberti salir vistiendo traje y sin llevar ninguna valija.

La declaración de Telpuk –en la que estuvieron presentes los fiscales María Luz Rivas Diez y Mariano Borinsky, y el defensor de Uberti, Diego Pirota– pasó a tener importancia para evaluar dos aspectos señalados por Antonini Wilson en Miami:

n El Gordo dijo en La Florida que la valija no era de él sino de Uberti y que ni siquiera sabía qué contenía.

n Antonini Wilson afirma que en el avión venía otra valija, o dos valijas –no queda claro–, con 4.200.000 dólares o 5.200.000 dólares, algo que tampoco queda claro en sus declaraciones.

Con respecto a la propiedad de la valija, Telpuk pareció dejar pocas dudas. La escena que la policía aeroportuaria describe –y en esto coincide con el funcionario de la Aduana, Jorge Lamastra– es que quedaban por revisar una valija y un paquete de regalo. Como a Telpuk le pareció raro el contenido, ya que parecían libros, el pidió al piloto que averigüe quién era el dueño del equipaje.

Los únicos pasajeros que todavía estaban esperando por sus valijas eran Antonini Wilson y Daniel Uzcátegui, hijo del presidente de PDVSA, que le hacía compañía. “Antonini Wilson se acercó solo hacia el scanner y preguntó: ‘Sí, ¿qué pasa?’. Ahí le pregunté si la valija era suya y me dijo que sí”, contó ayer Telpuk.

La otra demostración de que Antonini sabía perfectamente que en la valija había dinero es que cuando le preguntaron que contenía dijo, primero, libros, luego, papeles, y finalmente 60.000 dólares. Esto evidencia que conocía que adentro no había ropa o las cosas más habituales en valijas, y la referencia a los libros es porque en el scanner se ven bastante parecidos a los fajos de billetes. Ayer, Telpuk no hizo referencia al acta que se laboró aquella noche y en la que consta, con la firma de Antonini, que la valija era suya. Eso se hizo después en la oficina de la Aduana.

El otro punto clave de la declaración de la joven tiene que ver con la posibilidad de que en el vuelo hubieran entrado otras valijas. Telpuk contó que el piloto bajó del avión las valijas en un carro y que todas las valijas de ese carro fueron puestas en la cinta del scanner y ella las revisó. En esto se contradice con el funcionario de la Aduana, Lamastra, quien aseguró que se hacía un control selectivo. Ayer Telpuk ratificó su postura: todas las valijas que trajo el piloto fueron revisadas. “Era imposible que el piloto le diera una valija sin controlar a algún pasajero. Les dio sí o sí todas las valijas que yo había pasado por el scanner.” En verdad, complementaría sus dichos la declaración del piloto, Daniel Pucciarelli, quien ya dio su versión dos veces en el expediente. Según se sabe, el piloto dijo que todas las valijas del avión fueron puestas en el carrito y luego transportadas hasta la cinta del scanner. Aún así, es casi seguro que Pucciarelli será llamado a declarar nuevamente, porque ahora hay que corroborar o desmentir lo que dijo Antonini en Miami.

Telpuk dijo ayer que no puede asegurar que hayan pasado valijas sin revisar porque ella no subió al avión para verificar si allí quedó algo de equipaje y porque algún pasajero podría haber pasado, por un pasillo contiguo, paralelo, con alguna valija. De todas maneras dio a entender que sería equipaje de mano y, además, mencionó que Uberti sí pasó delante de ella y no llevaba ninguna valija. De acuerdo al cálculo hecho por una casa de cambios consultada por PáginaI12, los 800 mil dólares, en billetes de 50, pesaron unos 16 kilos. Si hubo otros 4.200.000, en billetes de 50, hubieran significado 80 kilos y en billetes de 100, 40 kilos. En este último caso se trataría de una valija muy grande.




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http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-112279-2008-09-26.html


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Viernes, 26 de Septiembre de 2008

EL PAIS › LA CARTA DEL FBI PARA CHAVEZ

Un gesto caballeroso




Textuales de la carta redactada por el FBI que Guido Antonini Wilson envió al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con el pedido de dos millones de dólares y documentos falsos.
n Yo estoy dispuesto a echarme la culpa por algo que no hice y de lo cual no tenía ningún tipo de conocimiento. Pero no estoy dispuesto a viajar a la Argentina o a Venezuela para ello.

n Nunca supe que el dinero estaba en el avión. Me enteré cuando el inspector de aduana en Argentina abrió la maleta y encontró el dinero. Antes de salir del hangar de Pdvsa observé al jefe de seguridad de Ramírez con esa maleta, al igual que con otra más grande del mismo color y tipo, donde creo que iba más dinero que el que se encontró. La maleta grande pasó y se la llevó Uberti. Todo lo que hice fue ayudar a cargar las maletas a los carros en un gesto caballeroso para con la asistente Victoria B.

n Sólo después de montarme en el avión me di cuenta de que Uberti no tenía el mínimo interés en hablar del tema de este futuro negocio lícito. Por el contrario ni habló, sólo se dedicó a cenar y ver la película El Padrino.

n Me dijeron que me iba a dar un documento (una declaración de Aduanas) en Caracas diciendo que yo salí con ese dinero esa noche. Al mismo tiempo un documento de compraventa de tierras de la Argentina para probar que ese dinero tenía ese fin. Yo sé que la Disip (el encargado de resolver esto ahora) tiene la capacidad para hacerlo, pero necesito ese documento con urgencia.

n Debido a los sacrificios que estoy pasando y para aclarar mi buen nombre y para tener suficientes recursos para pagarles a los abogados necesito $2.000.000. Cabe mencionar que esa cantidad de dinero fue la que se me ofreció para ese fin.




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http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-112278-2008-09-26.html


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Viernes, 26 de Septiembre de 2008

EL PAIS › ANTONINI WILSON CONTINUO DECLARANDO EN MIAMI Y MOSTRO CONTRADICCIONES ANTE LAS PREGUNTAS DE LA DEFENSA

Con un libreto cada vez más confuso

El venezolano dijo que en Argentina reconoció como propia la valija porque lo presionó una funcionaria de la Aduana. Además, aseguró que le ofrecieron quedarse con la mitad de los 800 mil dólares. El abogado del único acusado lo confrontó con las incongruencias de sus dichos.



En los tres días de su declaración en la Corte de Miami, a Guido Alejandro Antonini Wilson se lo vio cada vez más nervioso e inseguro. Ya dio al menos dos versiones distintas sobre por qué agarró la valija con los 800 mil dólares, otras dos sobre lo que dijo en la Aduana cuando le preguntaron de quién era el dinero, y otras dos sobre quién subió esa y otra maleta con dólares al avión. Su relato se renueva cada día, pero siempre logra algún nuevo golpe de efecto. Ayer dijo que, después del hallazgo del dinero en Aeroparque, una funcionaria de la Aduana le dijo “que si no firmaba el acta” donde reconocía que la plata era suya “iba a estar en problemas”. Según Antonini, le proponían hacer pasar el episodio como una infracción aduanera, lo que implicaría que pagara una multa al Estado por la mitad del dinero y él podría llevarse los 400 mil dólares restantes.
Antonini dijo que la mujer que le hizo la advertencia sobre la firma del acta es Cristina Gallini, jefa de equipajes de la Aduana. “Yo les decía que el dinero no era mío. Ella me dijo: ‘Cállate, me mandaron aquí a solucionar este problema’”, relató. Le proponían, contó, quedarse “con 400 mil dólares”. El valijero, finalmente, firmó el acta en cuestión, pero –en teoría– no se llevó nada. Ayer volvió a decir que Daniel Uzcátegui (hijo del ex vicepresidente de la petrolera venezolana Pdvsa), quien viajaba con él, sacó billetes de la valija, puso un poco en su saco y otro tanto le dio a un funcionario que –según indicó– sería el agente de la Policía Aeroportuaria Daniel Ingrosso.

En la causa que se tramita en Argentina, hay un testigo que menciona que quien habló de la posibilidad de un “arreglo” cuando abrieron la valija fue el propio Antonini. “Deslizó un comentario acerca de que esto se podía solucionar de otra manera”, fue lo que testificó el funcionario de Aduana Jorge Lamastra, cuatro días después de la incautación del dinero, de la que había participado.

Una vez más, en su tercer día de declaración, Antonini volvió a mencionar al ex titular del Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi), Claudio Uberti, quien lo había hecho subir al avión alquilado de Enarsa que lo trajo a Buenos Aires. Primero, dijo que en medio de la discusión por el acta pidió insistentemente que lo llamaran, pero parece que no tuvo suerte. Luego reiteró que un día después recibió la visita del ex funcionario en el hotel donde se hospedaba y le agradeció por haber asumido la propiedad de la maleta como un gesto “muy importante para él y para la Argentina”. También, contó, le dijo que “podía pedirle lo que quisiera”. Aquí, ante una pregunta del abogado defensor del único acusado, sumó un nuevo dato.

–¿Y usted le pidió algo? –inquirió el abogado Edward Shohat.

–Me ofreció una licencia para exportar carne argentina, y otras cosas, pero le dije que no quería nada, que necesitaba que solucionen este problema –dijo Antonini que fue su respuesta.

Shohat defiende a Franklin Durán, ex socio del valijero en varios negocios (petroleros, químicos y de armas, entre otras cosas). Durán fue grabado en secreto por Antonini, en su papel de colaborador con el FBI y terminó acusado de haber actuado como agente ilegal de Venezuela para presionarlo y que, supuestamente, no revelara la verdad sobre los 800 mil dólares. También fueron imputados otros tres hombres, que se declararon culpables y ahora colaboran con la fiscalía. Todos están presos. Además, hay un prófugo.

Desde que Shohat comenzó a interrogarlo, el rostro seguro de Antonini comenzó a transformarse. Hubo algunas preguntas bastante más incómodas que aquélla sobre lo que le ofrecía Uberti y que lo dejó tambaleando. Una se refirió al encuentro que “El Gordo” describió que tuvo con Diego Uzcátegui en un hotel porteño, casi 48 horas después del episodio en Aeroparque, donde el directivo de Pdvsa mencionó la otra supuesta valija con 4,2 millones de dólares. Antonini dijo ayer que la pregunta de Uzcátegui sobre qué había pasado con ese dinero estuvo dirigida a su hijo, aunque él estaba presente. Fue entonces que Shohat le preguntó –palabras más, palabras menos– si no le parecía curioso que se preocupara por esa valija un día y medio después del entuerto en la aduana. Y que, además, lo hiciera delante de una persona (Antonini) que en teoría no sabía nada del asunto. El testigo estrella quedó vacilando. El defensor también lo incomodó cuando lo interrogó sobre cómo paga sus abogados. El le habló de una empresa. Shohat destacó que Durán era socio de esa compañía antes de quedar detenido, por lo tanto –enfatizó– costea sus gastos para meter preso a su asociado con el capital que compartían.

Durante las audiencias, Durán mira desde su banquillo a Antonini con cara de odio visceral. Antonini, en cambio, tiende a esquivarle la mirada y apuntar al suelo. Igual que busca escapar a los periodistas. En cambio, con el FBI, tras su intensa colaboración, la relación parece haberse vuelto estrecha. Un agente federal lo escolta a todas partes, al baño incluso.

En estos días de declaración –ya sea por nervios o por sumar confusión– Antonini fue dando distintas versiones de algunos momentos claves de esta historia. Por un lado, dijo que al llegar a Buenos Aires agarró la valija de los 800 mil dólares porque era una de las últimas y ya se habían llevado el resto en los autos que esperaban en la puerta; pero también dijo que lo había hecho “en un gesto caballeroso para con la asistente Victoria Bereziuk”. También sostuvo que las valijas con dinero fueron cargadas al avión por Uberti y el jefe de seguridad de Pdvsa, Rafael Reiter, pero luego dio marcha atrás y señaló que a Reiter en rigor no lo había visto. A la vez, mientras en Argentina dijo que el maletín con dólares era suyo, en el juicio en Miami ayer sostuvo que esa declaración fue forzada. Un día antes, había afirmado que en la Aduana dijo que eran “de alguien del avión”, pero que todos se habían ido. Y que luego supo que era de Pdvsa.




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