Clarin dice ... Kirchner dice.... Lanata y Randazzo sobre el multimedio
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Fuerte desmentida oficial sobre un posible adelanto de las elecciones presidenciales - Jun 14
EE.UU. desmiente a Clarín: "Faltó a la verdad" - Jun 13
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VIDEO 1
http://www.youtube.com/watch?v=mAR6RW8oYrg
VIDEO 2
http://www.youtube.com/watch?v=cFr7-SNm85g
ver completo:
KIRCHNER EN CARTA ABIERTA 15/06/09 - Jun 16
EE.UU. desmiente a Clarín: "Faltó a la verdad" - Jun 13
Y la tapa de Clarin sobre el adelantamiento de las elecciones presidenciales
http://www.youtube.com/watch?v=I_tKsxkEhUE
Fuerte desmentida oficial sobre un posible adelanto de las elecciones presidenciales - Jun 14
COMENTARIOS DESESTABILIZADORES: creen verosímil un adelantamiento de las elecciones presidenciales - Jun 15
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Jueves, 18 de Junio de 2009
OPINION
¿Cómo?
Por Raúl Kollmann
El domingo pasado, Clarín difundió –en su tapa, en la página 3 y en su editorial– la versión de que Néstor Kirchner adelantaría las elecciones presidenciales de 2011 en caso de perder en la provincia de Buenos Aires el próximo 28 de junio. Al día siguiente, se precisó la “fuente” de la versión: “la hipótesis sobre el supuesto adelanto fue escuchada por un dirigente que accede con periódica frecuencia a la intimidad de Néstor Kirchner, pero con quien mantiene diferencias, a veces profundas por la injerencia de Guillermo Moreno en casi todos los campos de la economía”. Como fuente de semejante noticia, parecía poco, pero mis preocupaciones iban por otro lado.
No podía dejar de pensar: ¿cómo haría Kirchner para lograr el adelanto electoral? Es que para que una versión tenga alguna posibilidad de llegar a ser cierta, necesita vías concretas de ejecución, tiene que ser viable. Para salir de dudas, o quizá profundizarlas, resolví consultar a constitucionalistas, jueces y fiscales en materia electoral.
La Constitución dice, en su artículo 95, que trata sobre la elección de los presidentes: “La elección se efectuará dentro de los dos meses anteriores a la conclusión del mandato del presidente en ejercicio”.
Como la actual Presidenta termina su mandato el 10 de diciembre de 2011, las elecciones se tienen que hacer no antes del 10 de octubre de 2011.
Eso pasó en 2007: Néstor Kirchner terminaba su mandato el 10 de diciembre y las elecciones, que ganó Cristina Kirchner, se hicieron el domingo 28 de octubre de ese año.
Alguien podría decir: “como adelantaron las legislativas de este año, van a hacer lo mismo con las presidenciales”. Pero, en realidad, no es lo mismo. La fecha de los comicios legislativos está regida por una ley. Cuando el oficialismo resolvió adelantar las elecciones parlamentarias de este año, tuvo que reformar esa ley, cosa que hizo, logrando las mayorías necesarias en las dos cámaras. Y la movida fue avalada por la Justicia, como era de prever. Sobrevivieron las objeciones políticas, pero no las legales.
El caso de la elección de Presidente es muy diferente: la Constitución es la que afirma taxativamente, sin margen de dudas, que los comicios se tienen que realizar dentro de los dos meses anteriores a la entrega del bastón presidencial.
Como es obvio, lo que estaba diciendo Clarín es que Cristina Fernández de Kirchner renunciaría y que, en forma paralela, se convocaría a elecciones el 10 de marzo de 2010. Pusieron la fecha y todo.
Esta hipótesis tiene un problema: Julio Cleto Cobos. La Constitución sostiene –en su artículo 88– que “en caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del presidente, el Poder Ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la Nación. En caso de destitución, muerte, dimisión o inhabilidad del presidente y vicepresidente de la Nación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de desempeñar la Presidencia, hasta que haya cesado la causa de la inhabilidad o un nuevo presidente sea electo”.
O sea que la versión del domingo no sólo debía explicar que para adelantar las elecciones a 2010 es obviamente imprescindible que renuncie la Presidenta, sino cómo y de qué forma también lo van a hacer renunciar a Cobos. El mendocino ni siquiera está hoy alineado con la Casa Rosada y no parece que puedan convencerlo de nada, menos todavía de que renuncie, algo que parecen haber intentado sin demasiado éxito. De esa manera, la versión no parece muy viable en los hechos. O, para serlo, debería explicar con lujo de detalles cómo se las ingeniaría el Gobierno para convencer a Cobos.
Raúl Alfonsín sí adelantó las elecciones de 1989: las convocó para el 14 de mayo, muchísimo antes de la fecha en que debía asumir su sucesor, el 10 de diciembre. Pero en aquel caso no se había producido la reforma constitucional de 1994 que fue, justamente, la que impuso que las elecciones debían hacerse en los dos meses anteriores al fin del mandato. Lo que se buscó con esa norma constitucional fue no repetir la situación planteada cuando Carlos Menem ya había sido electo y Alfonsín, sin poder, seguía en la Casa Rosada. Es decir, evitar el choque que significa tener un primer mandatario electo muchos meses antes y uno que se está yendo, sin ningún poder, haciendo un tiempo interminable en la Casa Rosada.
Después de la reforma, también Fernando de la Rúa renunció antes de completar su mandato, pero en su caso no había vicepresidente: Carlos Chacho Alvarez dimitió bastante antes. De manera que asumió el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, y la Asamblea Legislativa después eligió sucesivamente a Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde. Y aquí va la otra cuestión: supongamos que, por arte de magia, Kirchner también convence o presiona o hace lo que fuera para que Cobos renuncie, y lo logra. Tampoco en ese caso puede adelantar las elecciones a su antojo, porque lo que constitucionalmente debe hacerse es la convocatoria a la Asamblea Legislativa, es decir todos los diputados y senadores, para que designen a un legislador o gobernador que continúe el mandato –como en su momento ocurrió con Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde– hasta el 10 de diciembre de 2011. Toda la movida requeriría de un poder y una mayoría parlamentaria que, por supuesto, no tendría Kirchner si pierde el 28 de junio. En todo caso, la versión de Clarín del domingo debería haber dicho: renunciará Cristina y van a conseguir que Cobos siga su camino. Después conformarán una mayoría parlamentaria con tales y tales fuerzas para imponer un presidente provisional y, después, modificando la Ley de Acefalía, un adelantamiento electoral. Todo esto no parece demasiado fácil de conseguir.
Pero sigamos viendo cómo siguieron las cosas: Duhalde debía completar el mandato de De la Rúa, o sea que debía entregar el bastón presidencial a su sucesor el 10 de diciembre de 2003. Sin embargo, el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en el Puente Pueyrredón, lo obligaron a dejar el gobierno prematuramente y a convocar a elecciones adelantadas. Debe recordarse que tampoco Duhalde tenía vicepresidente.
En verdad, correspondía que nuevamente el Congreso designara otro diputado, senador o gobernador que se hiciera cargo de la presidencia hasta el 10 de diciembre de 2003. En ese momento, los bloques mayoritarios se pusieron de acuerdo y todos coincidieron en realizar la primera vuelta el 27 de abril de 2003. Néstor Kirchner terminó asumiendo el 25 de mayo, respetándose el período de dos meses entre elección y asunción. Insisto: Duhalde no tenía un vicepresidente: éste hubiera tenido que asumir ante su renuncia.
En resumen, semejante versión, que incluía temas como la renuncia de la Presidenta, del vice y las elecciones anticipadas, para demostrar que no era una operación de prensa, un artilugio de la campaña electoral, requería –y aún requiere– una explicación de cómo se iba a concretar tan complicada maniobra.
Ni siquiera los constitucionalistas, jueces y fiscales consultados por Página/12 encontraron la forma en que podría hacerse.
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14/06/2009
LOS ESCENARIOS QUE ABRIRA UNA ELECCION CLAVE PARA EL OFICIALISMO
El kirchnerismo tiene planes ante un eventual revés electoralLa mayoría de las encuestas indica que se impondría en la Provincia. Aun así, contemplan distintas hipótesis frente a la posibilidad de un resultado adverso. Se habla de un profundo cambio en el Gabinete. Y hasta de anticipar las presidenciales.
Mientras se alista para jugarse el resto en las últimas dos semanas de una campaña electoral con olor a definitiva, en el Gobierno hay expectativa y tensión respecto al día después de las elecciones.
Desde un amplio cambio de ministros y enroque de gobernadores, hasta elecciones presidenciales anticipadas. Todas son posibilidades que se analizan en el laboratorio de Olivos y recorren los pasillos de la Casa Rosada.
Es que el cambio de tono, el esfuerzo por mostrar rostros sonrientes y músculos relajados está a la vista, pero la apuesta nunca perdió el dramatismo del "a todo o nada", como la define uno de los funcionarios que pasa más tiempo junto a Néstor Kirchner.
Y a esta altura, la suerte está echada en casi todo el país. El kirchnerismo tiene en claro su derrota en Capital, Santa Fe y Córdoba. Y que las victorias del PJ en buena parte del país serán éxitos vicarios, atribuibles más a la popularidad de los caudillos locales que a las simpatías por el Gobierno nacional.
Por eso, la única apuesta propia es la bonaerense. Y sabe que una derrota allí, sería dolorosa.
Allá por marzo, cuando Cristina Kirchner anunció el adelanto de las elecciones, un ministro confió sin remilgos: "Así es Kirchner. Si ganamos, salimos fortalecidos. Si perdemos, nos vamos". En esos días, el diputado Emilio Pérsico hizo público ese pensamiento y fue reconvenido por expresar ante un micrófono lo que sólo se conversa en privado.
Ahora que el Gobierno jugó a Kirchner, Scioli y decenas de intendentes y, aún así, algunas encuestas vuelven a insinuar que la derrota es posible, retornan algunos fantasmas.
Casi nadie, y menos en el oficialismo, imagina a los Kirchner gobernando en la debilidad. Sin asomarse a esa barranca abajo del poder, una victoria de Kirchner por pocos puntos, hoy un escenario probable, tampoco dejaría un camino sencillo hacia 2011.
Habrá una inevitable debilidad parlamentaria del oficialismo y una serie de caciques del PJ reclamando mayores cuotas de poder.
Se vendrán cambios de gabinete. Comenzando por la salida anunciada de Graciela Ocaña, que Hugo Moyano vivirá como un triunfo. El camionero ya presiona para tener voto y veto en el nombre del nuevo ministro que controlará los fondos de las obras sociales.
¿Será el ascendente Amado Boudou, quien ya maneja desde la ANSeS la principal fuente de dinero fresco del Gobierno, quien se haga cargo de la cartera económica en lugar del fantasmal Carlos Fernández?
Hay quienes dicen que Sergio Massa, que llegó a su cargo en medio de la crisis más profunda tras la derrota de la retenciones móviles, se daría por satisfecho con su año de trabajo y el aporte a una victoria, siquiera corta, y volvería gustoso a la intendencia de Tigre, donde goza de licencia.
Tampoco Daniel Scioli saldría indemne de un escenario semejante. Kirchner, como ya lo hizo tantas veces, podría pedirle al gobernador otra tarea inesperada: asumir su banca de diputado. ¿Para dejarle la provincia a Alberto Balestrini? No. Kirchner podría buscar la gobernación bonaerense para él. ¿En qué oportunidad? Es una de las cartas más escondidas del oficialismo: convocar a elecciones generales anticipadas. Ya tienen fecha: el 10 de marzo. Pondrían en juego la Presidencia. Pero Kirchner apostaría en esa jugada por Buenos Aires, como último refugio de poder. Algo que nunca entregó desde que comenzó su carrera política hace más de dos décadas.
http://www.clarin.com/diario/2009/06/14/elpais/p-01938669.htm
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