Si en esto ocultan información... imaginate en lo importante...
Dicen Tinelli habló de todo con Mirtha... pero todo lo que habló no te lo cuentan... ¿ Porque?
Tinelli habló de todo con Mirtha
Tanto lo esperó Mirtha, que a Tinelli no le quedó otra que sentarse a almorzar con ella. La señora no escatimó preguntas y obligó a Marcelo a relegar los tenedores.
A sabiendas, entonces, de que no iba a probar bocado, el conductor de "ShowMatch" se dispuso a contestar todas las inquietudes de "Chiquita". No obstante, en contra de los pronósticos, a la hora de hablar de inseguridad, Marcelo eligió no polemizar y sólo se dedicó a pedir paz, unión y pluralidad.
Y Mirtha, sorprendida por la tenue respuesta de su, hasta ese momento, aliado, eligió apostar a algunas preguntas más light. Fue entonces que invitó al muchacho de Bolívar a recordar a su madre y él, lejos de manifestar tristeza, eligió, en esta oportunidad, referirse a ella como una madre guardabosques y sobre protectora.
Contó entonces que al venirse a Buenos Aires, su mamá, oriunda de un pueblo chico, sentía miedo por él, su único hijo. En ese sentido, sí iba a jugar a la pelota a la plaza, ella se sentaba en algún banco, aferrada a su cartera, a seguir cada movimiento de su hijo. Del mismo modo se comportaba cada vez que salía: le pedía direcciones, teléfonos, nombres de sus amigos y le exigía que regresara al hogar antes de las diez y cuarto de la noche.
Según le contó Marcelo a Mirtha, en una oportunidad, ya algo entrado en la adolescencia, había concurrido a una fiesta (tipo asalto) con amigos. Resultó ser que en pleno baile con algunas muchachas de la velada, se escuchó el sonar del timbre. Todos se sorprendieron, y la dueña de casa, también sorprendida, se acercó al portero eléctrico. Del otro lado, una voz femenina decía ser la madre de Marcelo.
Tinelli, convencido de que su madre lo había ido a buscar, se hizo el desentendido y atendió el portero. Allí su madre le decía que bajase, que ya eran más de las diez y cuarto. Marcelo, entonces, pidió disculpas, bajó y se reunió con su madre en la vereda. Para su sorpresa estaban también su tía y su tío. Vanos fueron los intentos de convencerla para quedarse en la reunión, puesto que su madre no se iría de allí sin él.
El conductor, en consecuencia, debió subir y decirle a sus amigos que debía irse porque su abuelo estaba mal de salud, es decir, una mentira piadosa para evitar el papelón. Mirtha festejó la anécdota y el público seguramente también. Marcelo había contado una historia en la que dejó entrever que el conductor más ganador de la televisión, de chico, y por la sombra de su madre, era claramente un loser.
http://www.ciudad.com.ar/2009/12/22/television/02106167.html
http://www.youtube.com/watch?v=HSBuheKlQuE
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