EVITA, SIEMPRE EVITA!!
http://www.youtube.com/watch?v=24gsrJNHKRw
Mis queridos descamisados
Es éste un día de muchas emociones para mí. Con toda mi alma he deseado estar cm ustedes y con Perón en este día glorioso de los descamisados. Yo no podré falatr nunca a esta cita con mi pueblo de cada 17 de Octubre. Yo les aseguro que nada ni nadie hubiera podido impedirme que viniese, porque yo tengo con Perón y con todos ustedes, con los trabajadores, con los muchachos de la CGT, una deuda sagrada; a mí no me importa si para saldarla tengo que dejar jirones de mi vida en el camino.
Tenía que venir y he venido para darle las gracias a Perón, a la CGT, a los descamisados y a mi pueblo. A Perón, que ha querido honrarme con la más alta distincíón que pueda otorgarse a un peronista y cm lo que acaba de decir esta tarde, que yo no terminaré de pagarle ni entregándole mi vida para agradecerle lo bueno que siempre fue y es conmígo. -Nada de lo que yo tengo; nada de lo que soy; nada de lo que pienso, es mío: es de Perón. Yo no le diré la mentira acostumbrada; yo no le diré que no lo merezco; sí, lo merezco, mi general. Lo merezco por una sola cosa, que vale más que todo el oro del mundo: lo merezco porque todo lo hice por amor a este pueblo. Yo no valgo por lo que hice, yo no valgo por lo que he renunciado; yo no valgo ni por lo que soy ni por lo que tengo. Yo tengo una sola cosa que vale, la tengo en mi corazón, me quema en el alma, Me duele en mi carne y arde en Mis nervios. Es el amor por este pueblo y por Perón. Y le doy las gracias a usted, mi general, por haberme enseñado a conocerlo y a quererlo. Si este pueblo me pidiese la vida, se la darla cantando, porque la felicidad de un solo descamisado vale más que toda mi vida.
Tenía que venir a darle las gracias a la CGT por la distinción que significa el homenaje de laurear una condecoración que es para mí el más querido recuerdo de los trabajadores argentinos. Tenla que venir para agradecerle el que hayan dedicado los trabajadores y la CGT a esta humilde mujer este glorioso día. Y tenía que venir para decirles que es necesario mantener, como dijo el general, bien alerta la guardia de todos los puestos de nuestra lucha. No ha pasado el peligro. Es necesario que cada uno de los trabajadores argentinos vigile y que no duerma, porque los enemigos trabajan en la sombra de la traición, y a veces se esconden detrás de una sonrisa o de una mano tendida. Y tenía que venir, para agradecer a todos ustedes, mis queridos descamisados de todos los rincones de la Patria, porque a sabido jugarse la vida por Perón. Yo estaba segura que ustedes sabían --como lo han sabido- ser la trinchera de Perón. Los enemigos del pueblo, de Perón y de la Patria, saben también desde hace mucho tiempo que Perón y Eva Perón están dispuestos a morir por este pueblo. Ahora también saben que el pueblo está dispuesto a morir por Perón.
Yo les pido hoy, compañeros, una sola cosa: que juremos todos, públicamente, defender a Perón y luchar por él hasta la muerte. Y nuestro juramento será gritar durante un minuto para que nuestro grito llegue hasta el último rincón del mundo: la vida por Perón.
Que vengan ahora los enemigos del pueblo,. de Perón y de la Patria. Nunca les tuve miedo porque siempre creí en el pueblo. Siem creí en mis queridos descamisados porque nunca olvidé que sin ellos, el 17 de Octubre hubiese sido fecha de dolor y de amargura, porque esa fecha estaba destinada a ser de ignominia y de traición. Pero el valor de este pueblo lo convirtió en un día de gloria y de felicidad.
Yo les agradezco, por fin, compañeros, todo lo que ustedes han rogado por mi salud. Se los agradezco con el corazón. Espero que Dios oiga a los humildes de mi Patria, para volver pronto a la lucha y poder seguir peleando con Perón, por ustedes, y con ustedes, por Perón hasta la muerte. Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria. Yo sé que Dios está con nosotros, porque está con los humildes y desprecia la soberbia de la oligarquía. Por eso, la victoria será nuestra. Tendremos que alcanzarla tarde o temprano, cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
Mis descamisados: yo quisiera decirles muchas cosas, pero los médicos me han prohibido hablar. Yo les dejo mi corazón y les digo que estoy segura, como es mi deseo, que pronto estaré en la lucha, con más fuerza y con más amor, para luchar por este pueblo, al que tanto Imo, como lo amo a Perón. Y les pido una sola cosa: estoy segura que pronto estaré con ustedes, pero si no llegara a estar por mi salud, cuiden al general, sigan fíeles a Perón como hasta ahora, porque eso es estar con la Patria y con ustedes mismos. Y a todos los descamisados del interior, yo los estrecho muy, pero muy cerca de mi corazón y deseo que se den cuenta de cuanto los amo."
http://www.lafogata.org/evita/evita4.htm
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todas somos yeguas
9 DE JULIO PATRIA MIA, TE DEBO UNA CANCION... - Jul 09
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EVA
Calle Florida, túnel de flores podridas.
Y el pobrerío se quedo sin madre
llorando entre faroles sin crespones.
Llorando en cueros, para siempre, solos.
Sombríos machos de corbata negra
sufrían rencorosos por decreto
y el órgano por Radio del Estado
hizo durar a Dios un mes o dos.
Buenos Aires de niebla y de silencio.
El Barrio Norte tras las celosías
encargaba a Paris rayos de sol.
La cola interminable para verla
y los que maldecían por si acaso
no vayan esos cabecitas negras
a bienaventurar a una cualquiera.
Flores podridas para Cleopatra.
Y los grasitas con el corazón rajado,
rajado en serio. Huérfanos. Silencio.
Calles de invierno donde nadie pregona
El Líder, Democracia, La Razón.
Y Antonio Tormo calla "amémonos".
Un vendaval de luto obligatorio.
Escarapelas con coágulos negros.
El siglo nunca vio muerte mas muerte.
Pobrecitos rubíes, esmeraldas,
visones ofrendados por el pueblo,
sandalias de oro, sedas virreinales,
vacías, arrumbadas en la noche.
Y el odio entre paréntesis, rumiando
venganza en sótanos y con picana.
Y el amor y el dolor que eran de veras
gimiendo en el cordón de la vereda.
Lagrimas enjuagadas con harapos,
Madrecita de los Desamparados.
Silencio, que hasta el tango se murió.
Orden de arriba y lagrimas de abajo.
En plena juventud. No somos nada.
No somos nada mas que un gran castigo.
Se pintó la República de negro
mientras te maquillaban y enlodaban.
En los altares populares, santa.
Hiena de hielo para los gorilas
pero eso sí, solísima en la muerte.
Y el pueblo que lloraba para siempre
sin prever tu atroz peregrinaje.
Con mis ojos la vi, no me vendieron
esta leyenda, ni me la robaron.
Días de julio del 52
¿Qué importa donde estaba yo?
II
No descanses en paz, alza los brazos
no para el día del renunciamiento
sino para juntarte a las mujeres
con tu bandera redentora
lavada en pólvora, resucitando.
No sé quién fuiste, pero te jugaste.
Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo,
metiste a las mujeres en la historia
de prepo, arrebatando los micrófonos,
repartiendo venganzas y limosnas.
Bruta como un diamante en un chiquero
¿Quién va a tirarte la última piedra?
Quizás un día nos juntemos
para invocar tu insólito coraje.
Todas, las contreras, las idólatras,
las madres incesantes, las rameras,
las que te amaron, las que te maldijeron,
las que obedientes tiran hijos
a la basura de la guerra, todas
las que ahora en el mundo fraternizan
sublevándose contra la aniquilación.
Cuando los buitres te dejen tranquila
y huyas de las estampas y el ultraje
empezaremos a saber quién fuiste.
Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva,
única reina que tuvimos, loca
que arrebató el poder a los soldados.
Cuando juntas las reas y las monjas
y las violadas en los teleteatros
y las que callan pero no consienten
arrebatemos la liberación
para no naufragar en espejitos
ni bañarnos para los ejecutivos.
Cuando hagamos escándalo y justicia
el tiempo habrá pasado en limpio
tu prepotencia y tu martirio, hermana.
Tener agallas, como vos tuviste,
fanática, leal, desenfrenada
en el candor de la beneficencia
pero la única que se dio el lujo
de coronarse por los sumergidos.
Agallas para hacer de nuevo el mundo.
Tener agallas para gritar basta
aunque nos amordacen con cañones.
Maria Elena Walsh
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Palabras Presidenta en el homenaje a Eva Perón, mujer del Bicentenario, en Casa Rosada
lunes, 26 de julio de 2010
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE HOMENAJE E INAUGURACIÓN DE LA MUESTRA: "EVA PERÓN, MUJER DEL BICENTENARIO", EN LA GALERÍA DE LOS PATRIOTAS LATINOAMERICANOS DEL BICENTENARIO, CASA ROSADA.
Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas: la verdad que cuando se juntan los peronistas el acto lo hacen los peronistas, no los dirigentes, como siempre, y los no peronistas que hoy nos acompañan también. (APLAUSOS). La verdad que muy buenas tardes a todos y a todas en un día como muy especial para - yo creo que sí - definitivamente todos los argentinos, por primera vez un homenaje en este ámbito la Casa Rosada, la casa donde reside simbólicamente el poder político en el Argentina, desde aquí le brindamos por primera vez un homenaje a Eva, mujer del Bicentenario, sin lugar a dudas. (APLAUSOS).
Inauguramos una muestra - de acá diviso algunos de sus famosos trajes, maravillosos, como ella - y la verdad hablar de Eva es un poco hablar de la historia de la mujer en la política, es un poco también hablar de un sujeto nuevo no solamente desde el género, Evita no fue solamente género. Ella fue la verdadera creadora del concepto de justicia social, que vino a reemplazar el de caridad o beneficencia, que hasta ese momento había reinado omnipresente, en la República Argentina, en torno a cómo llegar a los pobres, a los que no tenían nada, casi como una concesión, casi como una caridad. Eva puso un concepto diferente: el de la justicia social, el de la reparación, esencialmente Eva fue una gran reparadora social. Es que ella misma había sufrido esa injusticia desde muy chica, hija -en aquellos momentos calificado como extramatrimonial, casi una deshonra en la Argentina - mujer, artista y pobre. No le faltaba nada para ser discriminada en la Argentina de aquellos años. Y pudo sobreponerse a todo eso y dejar una impronta, no ya en la historia de los argentinos, sino en la historia del mundo, Eva es un icono de la Argentina. Cuando vienen aquí uno de los lugares más visitado precisamente es su Museo y preguntan acerca de ella, en todas partes.
Eva también despertó amores maravillosos y odios terribles, como todos los que vienen a cambiar las cosas; no hay forma de cambiar las cosas y no conmover sentimientos de amor y de odio; de amor por parte de los que reciben las reparaciones y de odios muchas veces incomprensibles, tal vez en algunos sectores muy minúsculos, pero incomprensibles por allí en algunos sectores sociales que también se vieron absolutamente favorecidos por el surgimiento del peronismo. Es más, de acá la estoy divisando a Estela Carlotto, que nos acompaña también hoy, (APLAUSOS) y recuerdo otro acto, en esta misma Casa Rosada, no aquí, sino en el Salón Blanco con motivo de otorgarle el Premio de Derechos Humanos, si mal no recuerdo, o fue durante el reconocimiento a las víctimas de los bombardeos. ¿Ahí fue? En el reconocimiento a las víctimas de los bombardeos, en Plaza de Mayo, y Estela ese día habló y me acuerdo que dijo algo que me conmovió mucho y a todos los presentes también, que ella había estado en la Plaza el día que derrocaron a Perón y que se arrepentía y que no le iba a alcanzar toda su vida para arrepentirse de haber estado allí. Fue también esa serie de golpes que comenzaron allí y que fueron cada vez más terribles los que también se llevaron a su hija, años más tarde, y a miles de argentinos. Por eso digo que muchas veces los argentinos hemos sido empujados a odios y sentimientos que en realidad no se correspondían con nuestra verdadera pertenencia social, económica y, yo diría también, hasta cultural.
Por eso hacer un homenaje a Eva es tan difícil porque bueno comenzar a relatar todo lo que hizo en su Fundación, pero me parece que ella fue algo más que todo eso, fue un punto de inflexión en la historia argentina, después de ella nada fue igual. Y no quiero que me acusen de evitista, porque en definitiva sé que por ahí revolotean planteos en el peronismo de si ella, si Perón. Hay que escucharla hablar, no más, hay que leerla para entender que ella y Perón, en definitiva, eran un sola y misma cosa. (APLAUSOS).
Y la verdad que Eva fue también un símbolo para toda una generación, la mía, porque hay muchas Evas, no hay solamente una Eva: la Eva de mi madre, hija de trabajadores que amaneció en el 29, era casi prácticamente - como vos Estela, se parecen mucho además también, siempre las confunden - y la Eva de mi madre era una Eva hada, una Eva de los vestidos del Colón. Era porque esa generación era la que había recibido los dones de Eva, cosas que no tenían los argentinos: derecho a la vivienda, derechos de la niñez, derechos de la ancianidad, derecho a las vacaciones pagas, en fin todo lo que se puso en marcha durante el gobierno, que comenzó en 1946.
Cuentan que antes del 17 de octubre cuando lo ponen preso a Perón y los obreros quieren ir a cobrar el aguinaldo muchos patrones le dicen: "andá a pedírselo, andá a cobrárselo a Perón". No se lo fueron a cobrar a Perón pero lo fueron a buscar y lo trajeron a la Plaza para poder seguir cobrando el aguinaldo, así fue; las cosas son más simples y más sencillas. (APLAUSOS).
Por ahí alguien con mayor bagaje teórico e intelectual que el que tiene esta humilde Presidenta luego interpreta o decodifica el peronismo y trata de formular teorías acerca del mismo, pero las cosas tal vez hayan sido más simples y puedan resumirse en una palabra: lealtad. Lealtad que tuvo el pueblo hacia Perón, porque la primera lealtad fue de Perón y de Eva hacia el pueblo, así de simple. (APLAUSOS)
Y hoy estamos homenajeando a una mujer que sufrió no solamente escarnios en vida sino también el escarnio luego de muerta, su cadáver fue el primero que estuvo desaparecido durante años. Si uno pudiera cronológicamente mirarlo diríamos que la primera desaparecida durante 18 años fue ella hasta que luego se decidieron a devolver su cuerpo, pero lo cierto es que fue la primera desaparecida.
Y como todos los que han querido hacer desaparecer -dice esa maravillosa canción de Teresa Parodi- no están desaparecidos porque es imposible hacer desaparecer la historia. Los que creyeron que podían hacerlo a través de un decreto... El otro día estaba leyendo, en el laberinto que se inauguró en el Ministerio de Educación, el decreto por el cual se prohibía decir Perón, Eva Perón, cantar la marcha, cosas inconcebibles en los términos de hoy, cosas que sufrió siempre el movimiento político en el cual milito desde muy joven. Por eso digo que con nuestros aciertos y con nuestros errores, que los tuvimos y muchos también, hemos tributado largamente en la construcción de esta Argentina democrática, plural y diversa que hoy tenemos.
Así que en este día, no digo de su desaparición, es muy feo, tampoco voy a incurrir en el lugar común de decir el día que pasó a la inmortalidad, en el día de Eva, porque hoy es el día de Eva, recordarla como ella quería ser recordada, con sones de victoria, con sones de logros, con compromiso con el pueblo y con la Nación, que es la mejor manera de recordarla.
Siempre me decía alguien que ya no está entre nosotros que yo nombraba poco a Eva o a Perón en mis discursos, siempre lo cuento; yo digo y lo reitero una vez más: lo importante de esos dos gigantes de la historia, fundamentalmente de ella, es acordarse cuando uno tiene que tomar decisiones de gobierno. (APLAUSOS) Creo humildemente que en estos años que han pasado y durante este período de la primera Presidenta mujer de la historia -tal vez ella tenía que haber sido porque lo hubiera merecido- hemos tratado de hacer honor a ese compromiso que siempre tuvimos con nuestras ideas, con nuestras convicciones, que eran las de ella y que seguirán siendo siempre las de ella, Eva, la mujer de Bicentenario.
Muchas gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)
http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=7440
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Eva Perón, aniversario de su muerte
Se cumplen 58 años de su inesperado fallecimiento. Abanderada de los humildes y los desprotegidos, es sin duda la figura femenina más importante de la historia política argentina. La Presidenta encabezará un acto homenaje en Casa de Gobierno.
Eva Peron
El rol de Eva Perón en la historia argentina despierta pasiones encontradas, pero nunca indiferencia. De reconocimiento mundial, su figura es casi un icono de la Argentina. Inventó una forma de relacionarse con el pueblo que combinó a la perfección su condición femenina y su militancia política, despertando amores incondicionales. Fue una pieza clave en la primera presidencia de Perón y en el desarrollo posterior del peronismo como movimiento. Su férrea preocupación y lucha por los derechos de los niños, los ancianos, las trabajadoras y amas de casa fue de avanzada para la época. Su corta pero intensa vida política fue interrumpida por un cáncer fulminante. El paradero de su cuerpo embalsamado fue durante años un misterio sobre el que todavía no existen versiones acabadas. Figura inabarcable, Evita, de actriz de radioteatro a Primera Dama, redefinió en pocos años las reglas de juego de una época, dejando una estampa indestructible.
Biografía
María Eva Duarte nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, provincia de Buenos Aires. En 1926 muere su padre y su madre debe hacerse cargo de ella y sus cuatro hermanos mayores. En 1935, con la decisión de convertirse en actriz, Eva decide mudarse a Buenos Aires para cumplir su sueño, de la mano del cantor Agustín Magaldi, conocido como “El Gardel del Interior”.
Al poco tiempo de llegar a Buenos Aires, se incorporó a la Compañía Argentina de Comedias. En los años siguientes llevó, paralelamente, su actividad en el teatro, el cine y la radio.
El 15 de enero de 1944 un terremoto asoló a la ciudad de San Juan, causando miles de víctimas fatales y heridos. Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, su titular Juan Domingo Perón organizó una movilización nacional a la que fueron invitados los artistas más populares, entre ellos Eva Duarte. El 22 de enero se realizó un gran festival a beneficio de las víctimas, donde ambos se conocieron, pero no fue hasta el 9 de julio que legitimaron su relación.
Luego del famoso 17 de octubre de 1945 y de la consagración de Perón como candidato presidencial, Evita comenzó a acompañarlo en sus actos de campaña y a tomar un protagonismo desconocido hasta entonces para una futura Primera Dama. Tras la asunción de Perón en 1946 como presidente, Evita inició su participación incansable en distintas secretarías del gobierno, atendiendo las necesidades de las delegaciones obreras, las trabajadoras, los niños y los ancianos. Tenía un vínculo directo con la gente, a través de la visita a fábricas, barrios pobres y escuelas.
En junio de 1947, invitada oficialmente por el Gobierno español, Evita emprendió una gira que la llevó por España, Italia, Portugal, Francia, Suiza, Mónaco, Brasil y Uruguay. A su regreso, retomó sus actividades, especialmente focalizada en la obtención del sufragio para las mujeres, el cual fue logrado con la promulgación de la Ley 13.010 en septiembre de ese año.
En este contexto, Eva fue gestionando la creación de un movimiento peronista femenino, concretado el 25 de julio de 1949 con la Primera Asamblea Nacional del Movimiento Peronista Femenino.
La obra social que Evita había comenzado en 1946 fue adquiriendo cada vez mayor extensión y envergadura, hasta que en junio de 1948 fundó la Fundación Ayuda Social María Eva Duarte de Perón desde donde trabajó en barrios de viviendas económicas; inauguró Hogares de Tránsito y comedores escolares; donó instrumental a hospitales; entregó artículos de primera necesidad a familias necesitadas y distribuyó de juguetes a niños humildes.
El primer signo de su enfermedad apareció el 9 de enero de 1950: Evita cayó desfallecida en un acto inaugural del sindicato de taxistas y a partir de allí su estado fue empeorando. En 1951, cuando Perón decide postularse nuevamente como presidente, la Confederación General de los Trabajadores (CGT) pidió, en un acto en el Cabildo, que Evita lo acompañara en la fórmula. Sin embargo, el 31 de agosto ella renunció por la cadena nacional. Ya estaba muy enferma y sus apariciones públicas, restringidas. El 1° de mayo de 1952 fue su anteúltima aparición: asistió al acto del Día del Trabajador junto a Perón. Con mucho esfuerzo pronunció un sentido discurso. Al terminar, cayó en brazos de Perón. El 7 de mayo cumplió años y recibió el título de Jefa Espiritual de la Nación.
El 4 de junio Perón asumió por segunda vez la presidencia. Con una masiva dosis de calmantes, Evita concurrió al acto de asunción. En la noche del 26 de julio murió. Luego del aviso por cadena nacional, un gran silencio comenzó a cancelar todas las actividades del país. La CGT decretó un duelo de 72 horas y en las plazas de todos los barrios porteños se erigieron pequeños altares con la imagen de Eva y un crespón negro. El 27 su cuerpo se trasladó al Ministerio de Trabajo y Previsión. El multitudinario velatorio se prolongó hasta el 9 de agosto. La cola era de aproximadamente 35 cuadras.
El 9 de agosto, los restos fueron trasladados al Congreso Nacional para rendirle los correspondientes honores. Al día siguiente, la mayor procesión nunca vista en Argentina, con 2 millones de personas a lo largo de Rivadavia, Avenida de Mayo, Hipólito Irigoyen y Paseo Colón. Esa tarde seis empleados de una empresa fúnebre introdujeron el ataúd en el segundo piso de la CGT, donde el Doctor Pedro Ara lo recibió para efectuar el embalsamamiento, que duraría hasta 1955.
La historia de su cadáver es una epopeya, plagada de mitos y leyendas, que merece un desarrollo aparte. Recién el 11 de noviembre de 1974 los restos de Eva Perón volvió a la Argentina y en 1976 fue llevado al Cementerio de la Recoleta, donde hoy puede visitarse.
http://www.argentina.ar/_es/pais/C2159-eva-peron-aniversario-de-su-muerte.php
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