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29 de octubre de 2011

Medidas fuga capitales


Sábado, 29 de octubre de 2011
ECONOMIA › PANORAMA ECONOMICO

Asimetría


Por Alfredo Zaiat

En el tercer trimestre de 2007 comenzó la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos. Desde entonces se han registrado acontecimientos de máximo estrés financiero, como la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, en septiembre de 2008, o el actual, con la Zona Euro caminando por la cornisa en intentos desesperados para organizar el default ordenado de la deuda soberana griega. Ya van entonces cuatro años de una crisis de proporciones, con epicentro en Estados Unidos y Europa. Exagerar ahora las alertas por eventuales impactos negativos en la economía doméstica es desconocer la duración de ese ciclo de turbulencias internacionales y las iniciativas que se han implementado en esos años para amortiguar con éxito sus costos ineludibles. El dato destacable en este período es la creciente asimetría en la evolución de las denominadas economías emergentes, entre ellas la argentina, con el recorrido de las potencias. Precisarla no implica minimizar el escenario de incertidumbre ni las consecuencias del estancamiento de esas economías, que equivalen a casi la mitad del PIB mundial. Significa poner en cierta perspectiva lo que está sucediendo en el reordenamiento de la economía global, con el rasgo distintivo del debilitamiento del dólar como moneda universal, aunque aquí todavía no se ha tomado nota de semejante cambio. Este ciclo adquirió dinamismo desde el inicio del nuevo siglo, que por su permanencia puede considerarse una tendencia de largo plazo. En su primera década, las economías avanzadas crecieron a una tasa del 1,7 por ciento promedio anual, las emergentes lo hicieron al 6,3 por ciento, siendo estas últimas las determinantes para que el producto mundial contabilizara una expansión del 3,7 por ciento. Este resultado, por magnitud y continuidad, refleja transformaciones estructurales en el funcionamiento de la economía internacional. Entenderlo es el primer paso para abordar las dudas que existen sobre el grado de fortaleza de la economía local en un contexto dominado por la incertidumbre.

La experiencia de 2009 es una referencia cercana para evaluar el impacto de la crisis como también las respuestas para enfrentarla. Además de las enseñanzas defensivas que se incorporaron en esa fase recesiva (fortalecimiento del mercado interno, protección del empleo), el actual panorama se presenta en un contexto local diferente. En ese año turbulento, a la caída record del comercio internacional se le sumaron dos factores domésticos relevantes: la fuerte sequía, que afectó el rinde de las cosechas y el stock ganadero, con el conflicto por la resolución 125 de arrastre, y la crisis política por el voto no positivo en el Senado del vicepresidente y el resultado adverso para el oficialismo de las elecciones de medio término en junio de 2009. Ahora no hay sequía y, en sentido inverso, se espera un nivel de producción agropecuaria record; el comercio internacional no muestra señales preocupantes, y, en especial, existe fortaleza política del Gobierno luego de la apertura de las urnas el domingo pasado.

Este escenario diferente obliga a otro análisis para detectar cuáles pueden ser los factores desestabilizadores por la prolongada crisis internacional. El frente que se presenta más vulnerable se encuentra por el lado de la balanza de pagos, siendo el giro de utilidades de empresas extranjeras y la fuga de capitales las variables más sensibles. Si bien el saldo positivo del intercambio comercial se ha reducido un poco, aún se mantiene elevado por favorables precios internacionales de las exportaciones de commodities y un destacado dinamismo de los despachos al exterior de productos industriales. El menor resultado de la balanza comercial responde a razones estructurales, como la insuficiencia en la producción local de bienes intermedios, que obliga a su importación, y la creciente compra de energía (petróleo y gas), ambas situaciones explicadas por el fuerte ritmo de crecimiento del Producto.

Un poco más complejo es el cuadro de la cuenta corriente. En el primer semestre del año exhibió un superávit de 797 millones de dólares. El resultado refleja una reducción del 75 por ciento frente al mismo período del año pasado. La desmejora del frente externo no es de magnitud suficiente para actuar como freno al crecimiento, puesto que el déficit de cuenta corriente se ubica como uno de los más bajos de Latinoamérica, estimado por consultoras privadas en 0,6 por ciento del PBI para este año. Este comportamiento implica que el saldo comercial positivo ya no alcanza para pagar la suma de los intereses de la deuda externa y transferencia de utilidades de multinacionales, por lo que la diferencia se termina saldando con uso de reservas del Banco Central. Pero ese colchón hoy se enfrenta a la exigencia de financiar ese desequilibrio, el pago de la deuda y la salida de capitales. Precisamente, el giro de utilidades y la fuga al dólar son los factores que mueven un poco la estantería en una economía que ha sabido capitalizar la experiencia de 2009, que tiene un mercado interno dinámico y un contexto amigable del comercio internacional, y que trabaja en ampliar los mecanismos de cooperación financiera y productiva en la Unasur.

La profunda extranjerización de la economía se ha convertido en una de las vías de transmisión de la crisis de Estados Unidos y Europa. Las estrategias defensivas de las casas matrices de las multinacionales de esos países se trasladan en gran medida a sus filiales. Una de ellas es la exigencia de un mayor giro de fondos para equilibrar en parte sus quebrantos en el país de origen. Daniel Pingarrón, estratega de la sociedad IG Markets de España, lo explicó, en declaraciones a una agencia de noticias internacional, del siguiente modo: “Telefónica, Santander, BBVA, Repsol han contabilizado entre un 70 y un 75 por ciento de sus ingresos fuera de España. Si tenemos en cuenta que estas cinco empresas suponen más del 50 por ciento de la ponderación del Ibex-35 (principal índice de la Bolsa de Madrid) y que de ese 50 por ciento más de tres cuartos proceden de fuera de España, tenemos una idea de que el Ibex debe mucho de sus puntos a las actividades de las empresas fuera de España y en concreto en Sudamérica”. En los primeros seis meses del año, Latinoamérica aportó el 46 por ciento de los ingresos de Telefónica, que ascendieron a 30.886 millones de euros, de la misma manera que ocurrió con el primer banco español, Santander, que obtuvo un beneficio neto de 3501 millones de euros en el primer semestre, un 44 por ciento del cual procedió de sus actividades en América latina. Lo mismo sucedió con el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA).

Argentina tiene uno de los regímenes más liberales en el tratamiento del capital extranjero. La administración de divisas es clave para la gestión de la economía y el comportamiento de las multinaciones en esa cuestión tiene mucha influencia. La eliminación del privilegio de petroleras y mineras en el manejo de los dólares de exportación, como así también la exigencia a las aseguradoras para la repatriación de inversiones financieras apuntan a mejorar la intervención oficial en un mercado bajo tensión. Desde el 2004, las multinacionales han ido incrementando en forma constante la remisión de utilidades hasta representar en la actualidad el 2 por ciento del PIB (casi 7200 millones de dólares el año pasado), cuando en la década del noventa se ubicaba en el uno por ciento. Ese giro de recursos refleja que esas compañías contabilizan elevadas rentas por su operatoria en el país. El monitoreo de las estrategias de las multinacionales y de su política de remisión de utilidades, además de instrumentar normas de mayor control sobre esos giros, resulta un eslabón clave para seguir avanzando en el diseño de una necesaria y efectiva administración de divisas.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-180063-2011-10-29.html

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Lunes, 24 de octubre de 2011 | Hoy

Proyecto, mucho más que modelo



Por Alfredo Zaiat

Puede ser que sea sólo una palabra, sin importancia en el fondo y que lo relevante sea el contenido más que la forma de expresar una gestión de gobierno o un proyecto político. Es una palabra que se ha generalizado en el discurso político desde la irrupción del neoliberalismo y por eso hace ruido en estos momentos de crisis de paradigmas del pensamiento conservador. “Modelo” es el concepto que pretende resumir todo. Es cierto que es una idea abarcadora entendible para todos. Para estar a favor o en contra. Fuerzas de la oposición propusieron cambiar el modelo, con escasa aceptación del electorado de acuerdo con los resultados difundidos anoche, mientras que el oficialismo ofreció a la sociedad su continuidad con mensajes amplios de profundización, consiguiendo un acompañamiento asombroso en las urnas.

El concepto modelo seduce a vertientes dominantes de la formación de economistas. Por eso lo enseñan con características de diversos tipos a lo largo de la carrera, incorporando esa idea del equilibrio general de la economía, cuyo objetivo es alcanzarlo mediante iniciativas precisas e instrumentos determinados, lo que derivaría en un estado de bonanza y estabilidad. En esa instancia no se debería hacer nada para no alterarlo dejando que funcione en un círculo virtuoso. Con reglas ya conocidas, institucionalizadas se propone, la situación se presenta como el estado ideal. El predominio de la economía sobre la política durante décadas ha provocado el traslado de ese concepto idílico al discurso habitual en el espacio público.

Sin embargo, se sabe que la economía es un poco más compleja que un esquema de ecuaciones matemáticas, y que el desequilibrio es el rasgo dominante por la intervención de factores imprevistos como también cuestiones sociales y políticas que no pueden ser encapsuladas en una idea de modelo. No es un esquema que tranquilice los espíritus de quienes se ilusionan con equilibrios inalcanzables, pero así se desarrollan las sociedades. No es con modelos cerrados e inmutables, sino con objetivos de política económica, e instrumentos en función a cumplir esas metas, que va delineando la base para alcanzarlos, como el de sostener un crecimiento a tasas elevadas que permiten generar empleo e inclusión social. El blog Finanzas Públicas lo explica del siguiente modo: “Este Gobierno tiene como objetivos el empleo y el mercado interno, y con eso en foco va generando medidas y reformas de acuerdo con las posibilidades que aparecen en cada escenario o que se va construyendo de acuerdo con la correlación de fuerzas”.

No se trata entonces de un “modelo”, como les gusta definir a economistas del establishment, sino que el objetivo del kirchnerismo ha sido marcar y consolidar un proyecto político diseñando una “estrategia” para transitarlo. Plantearlo no significa un compendio preestablecido para aplicar por quienes dirigen la política y la economía, ni un plan de mediano plazo y menos aún un catálogo de medidas inmediatas. Es la proyección de un rumbo para el país, donde se identifican los principales problemas sociales de cada momento histórico, así como las diferentes posibilidades económicas para superarlos de acuerdo con valores y prioridades que se instrumentan a través de líneas de acción política. Así pensado, el kirchnerismo no es un modelo, como pretende encerrarlo en forma mezquina el saber convencional, como tampoco lo fue en su momento cuando se desplegó el Estado de Bienestar, el peronismo o el desarrollismo. Definir al kirchnerismo simplemente como un modelo sería acotarlo frente a la riqueza de matices, complejidades y fortalezas de un rumbo político que ya acumula ocho años y medio y va para cuatro más luego de haber tenido ayer un extraordinario apoyo popular en las urnas.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-179622-2011-10-24.html


Jueves, 27 de octubre de 2011 | Hoy

La necesidad de divisas le puso fin a un privilegio
Eran los únicos sectores facultados a dejar en el exterior el 70 por ciento del valor de sus exportaciones. Estiman que sumará 3000 millones al año a la oferta local de dólares.



Por Tomás Lukin

Las mineras y petroleras deberán liquidar la totalidad de las divisas que generen sus exportaciones en el mercado cambiario local. La decisión extiende a esos sectores el mismo tratamiento al que está sujeto el resto de las actividades productivas, incluido el complejo agroexportador. Desde el equipo económico señalaron a Página/12 que la medida provocará el ingreso al mercado de una cifra cercana a los 3000 millones de dólares adicionales por año. En el Banco Central consideran que contribuye a descomprimir las tensiones en el mercado cambiario en el actual escenario de fuga de capitales y facilitará la acumulación de reservas. Distintos especialistas consultados por este diario destacaron que el mecanismo permitirá mejorar la escasa fiscalización sobre las exportaciones de las industrias extractivas. Los directivos de la autoridad monetaria reglamentarán hoy el funcionamiento de la operatoria y así entrará en vigencia. En el Gobierno analizan nuevas medidas orientadas a garantizar la provisión de divisas en la plaza cambiaria vinculadas con la remisión de utilidades al exterior y el sector seguros (ver aparte).

El decreto 1722/11 publicado ayer en el Boletín Oficial restablece la obligatoriedad de ingresar y negociar en el mercado local los dólares provenientes de las ventas externas de petróleo crudo, sus derivados, gas y de las exportaciones mineras como oro, plata y cobre. La medida fue definida en las últimas tres semanas entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el ministro de Economía, Amado Boudou, y la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. La nueva disposición no implica ninguna limitación a las operaciones con divisas de esas compañías y tampoco modifica los esquemas privilegiados de retenciones y regalías que rigen en ambos sectores. A partir de mañana, esas empresas deberán vender las divisas provenientes de las exportaciones en el mercado único de cambios y podrán hacer frente a sus obligaciones con el exterior en la plaza financiera, en el marco de la normativa vigente. Esa legislación habilita la compra máxima de dos millones de dólares mensuales.

En 1989, como parte del proceso de desregulación y privatización de la actividad petrolera, el gobierno de Carlos Menem estableció que las empresas del sector podían disponer libremente de hasta el 70 por ciento del valor de sus exportaciones. Así, cuando las nuevas empresas multinacionales que desembarcaron en los distintos eslabones de la actividad vendían al exterior por 100 dólares, sólo debían liquidar en el mercado único de cambios 30 dólares. El resto no necesitaba atravesar la plaza financiera local y podía ir a parar directamente a las cuentas de las casas matrices en los distintos paraísos fiscales. El tratamiento diferencial para las mineras se dispuso en 2004, durante el mandato de Néstor Kirchner. La medida alcanzaba al ciento por ciento de sus ventas externas. Ambos marcos normativos privilegiados fueron eliminados ayer y volvió a estar vigente la obligatoriedad de liquidar la totalidad de las divisas en el mercado de cambios dispuesta en 1964.

“Las empresas ingresan fondos al país por montos a menudo superiores a los exigidos en la normativa. El decreto implica restablecer las mismas reglas para todos los sectores exportadores para el ingreso de divisas. La medida otorga un trato más igualitario respecto de las demás actividades productivas y una mayor consistencia a la normativa cambiaria vigente”, explicaron a Página/12 desde el Ministerio de Economía. Por su parte, ambos sectores empresarios se mostraron sorprendidos por la medida, pero consideraron que se trata de una “decisión lógica”, en sintonía con la legislación vigente en el resto de las economías donde realizan actividades extractivas (ver aparte).

Un informe de coyuntura publicado en agosto por la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) señala que en el período 2003-2010 la brecha entre las exportaciones petroleras liquidadas en el mercado único de cambios y los embarques registrados asciende hasta los 17.034 millones de dólares. Asimismo, la diferencia en la actividad minera para el mismo período alcanzó los 10.093 millones de dólares. “Son recursos que se han invertido en otros puntos del planeta, no en Argentina”, advierte el informe de FIDE. Según precisaron desde el equipo económico, el año pasado los beneficios cambiarios permitieron a los dos sectores no ingresar al país 2640 millones de dólares.

En la conducción del Banco Central consideran que la medida permitirá aplacar las presiones devaluatorias en el mercado cambiario y reducir el insumo de reservas internacionales al garantizar una mayor disponibilidad de divisas. Entre los analistas de la city advertían ayer que “si bien la medida es relevante, la liquidación mensual adicional por las actividades mineras y petroleras no alcanzará los 300 millones de dólares. El miércoles el BCRA vendió alrededor de 180 millones de dólares para preservar la cotización del dólar”. No obstante, en el equipo económico enfatizan que el restablecimiento de la obligatoriedad para la liquidación del ciento por ciento de las exportaciones forma parte de un conjunto de medidas que se están terminando de definir y serán publicadas los próximos días.

“La medida es un primer paso para lograr una mayor fiscalización en sectores altamente desregulados y que gozan de un tratamiento fiscal privilegiado que no existe en ningún país del mundo. Hoy el Estado no conoce con precisión cuánto se llevan y cuánto liquidan en el exterior y esa información depende de declaraciones que hacen las empresas”, explicó a este diario el especialista del Cemop, Nicolás Gutman. El economista recordó que el sector minero paga retenciones entre el 5 y 10 por ciento y regalías en las distintas provincias. Según establece el Código Minero, esas regalías tienen un techo del 3 por ciento del valor de los minerales en la boca de las minas, a una cifra significativamente inferior a la cotización de esos productos en el mercado internacional.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-179879-2011-10-27.html

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Viernes, 28 de octubre de 2011 | Hoy

Nuevos diques a la salida de divisas

Quienes compren más de 250 mil dólares al año en la plaza cambiaria deberán demostrar no sólo capacidad económica, sino además cómo lograron el efectivo. Los residentes que vendan sus activos a extranjeros deberán liquidar las divisas en el país.



Por Tomás Lukin

El Banco Central introdujo una nueva normativa para regular las operaciones especulativas en el mercado cambiario. Las personas o empresas que compren más de 250 mil dólares al año deberán demostrar que los fondos aplicados a esa transacción estén justificados fiscal y patrimonialmente. La medida apunta a dificultar el financiamiento de la fuga de capitales a través de la operatoria denominada “contado con liquidación”, la compra con pesos de activos en el mercado local que cotizan en el exterior para luego venderlos en esas plazas y recibir los dólares. En el equipo económico estiman que el efecto de la medida asciende hasta un máximo de 300 millones de dólares mensuales que dejarán de fugarse. Adicionalmente, la entidad que encabeza Mercedes Marcó del Pont dispuso que las divisas originadas por la venta a extranjeros de empresas y otros activos que son propiedad de argentinos residentes deben liquidarse en el mercado local. Se trata del mismo tratamiento al que están sujetas las actividades productivas y que desde ayer también alcanza a las mineras y petroleras.

La última semana el Gobierno desplegó distintos instrumentos para garantizar la oferta de divisas, limitar la fuga de capitales y desincentivar las operaciones especulativas en el mercado cambiario. Esas herramientas van desde el despliegue de inspectores para detectar coleros hasta la decisión de que las aseguradoras traigan de regreso al país inversiones en el exterior por 1700 millones de dólares. La cotización del dólar se mantiene estable en 4,26 pesos, el mismo precio que exhibió todo el mes de octubre, pero el Banco Central debe intervenir activamente para satisfacer la demanda de divisas. Ayer la entidad vendió 170 millones de dólares y suma más de 1500 millones de dólares en el mes. El stock de reservas internacionales terminó en 47.622 millones de dólares. Por su parte, la fuga de capitales supera los 18.000 millones de dólares.

Una de las medidas definidas ayer contempla la profundización de las regulaciones existentes para aquellas personas o empresas que compren más de 250 mil dólares por año sin destino específico. Hasta ayer esas personas tenían que responder requerimientos adicionales, pero éstos se limitaban a establecer la compatibilidad de la adquisición de moneda extranjera con sus declaraciones de bienes personales. Así, la posesión de un departamento valuado en 500 mil dólares era evidencia suficiente para comprar más de 250 mil dólares en el año. Con la nueva normativa los individuos deberán demostrar que cuentan con los fondos específicos líquidos para destinar a la compra de las divisas.

“Estas medidas permitirán aumentar la transparencia de las operaciones del mercado de cambios y mejorar los controles para evitar el uso de fondos no justificados desde el punto de vista fiscal y de la prevención de lavado de dinero”, explicó ayer Marcó del Pont. Los requisitos que establece la nueva norma apuntan a garantizar el origen genuino de las operaciones cambiarias y limitar las maniobras relacionadas con recursos provenientes de actividades informales, no declaradas. La medida está orientada fundamentalmente a limitar la operatoria del llamado “contado con liquidación”.

A través de ese mecanismo, quien pretende sacar fondos al exterior eludiendo el mercado cambiario simula realizar una inversión en un título público. Compra ese papel denominado en dólares en el país usando pesos y lo vende en el exterior a cambio de moneda extranjera. La operación es fondeada por especuladores que acceden formalmente al mercado de divisas local, transfieren esos recursos al exterior y con esos fondos compran los títulos a quien buscaba fugar las divisas. La operatoria continúa cuando ese especulador vende esos bonos en el país –el precio en el exterior es más bajo que en el mercado local– y se hace de los pesos para volver a concurrir al mercado de divisas y reiniciar la secuencia.

“Una prestanombre que contaba inicialmente con 100 mil dólares podía repetir esa operación 20 veces al mes hasta comprar el límite de 2 millones de dólares mensuales y así financiar la fuga de capitales. Ahora va a tener que demostrar que tiene cada mes el flujo líquido necesario para comprar los 2 millones de dólares”, explicaron a Página/12 desde la autoridad monetaria. Los nuevos requerimientos no apuntan a limitar la venta de títulos públicos en los mercados externos, sino que se financien esas operaciones con dólares provenientes de la plaza local. Estimaciones preliminares realizadas por el equipo económico determinaron que la medida limitará la fuga de hasta 300 millones de dólares mensuales.

El segundo instrumento establece la obligación de ingresar al mercado de divisas local los dólares provenientes de la venta de empresas y otros activos como inmuebles. Es la misma obligación que el martes fue aplicada sobre los sectores mineros y petroleros y que poseen el resto de las actividades productivas. La disposición no implica ninguna limitación a las operaciones con moneda extranjera de esos individuos. Si, por ejemplo, durante la venta del Banco Patagonia al Banco Itaú de Brasil el instrumento hubiera estado vigente, el ingreso que genera esa operación a los dueños argentinos debe ser liquidado en el mercado local y no depositado directamente en una cuenta bancaria en el exterior. Si desean atesorar los dólares, los individuos podrán adquirir los fondos en la plaza cambiaria.



http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-179955-2011-10-28.html


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Lunes, 10 de octubre de 2011 | Hoy

ECONOMIA › TEMAS DE DEBATE: LA FUGA DE CAPITALES
Los que apuestan por el dólar
Para evitar la salida de capitales, los especialistas proponen elevar el atractivo de los activos locales (devaluando o subiendo tasas) o castigar el retorno de los activos externos (con controles e impuestos a la compra de dólares).



Producción: Tomás Lukin



Coordinación regional

Por Agustín D’Attellis *
El creciente proceso de globalización económica y financiera genera la necesidad de controlar los flujos internacionales de capitales, debido a la fuerte volatilidad y al impacto sobre la economía real que generan sus movimientos. La excesiva volatilidad de los flujos de capitales, sumado a la innovación –tanto financiera como en comunicación– y a la desregulación, generan potenciales impactos desde los movimientos de estos capitales hacia las economías reales, principalmente en el caso de economías pequeñas.

La etapa de turbulencia financiera internacional que se inició con la crisis ha generado un creciente reconocimiento en cuanto a la necesidad de introducir profundas reformas en la Arquitectura Financiera Internacional (AFI), poniendo énfasis en los aspectos regulatorios, con el fin de reducir la probabilidad de ocurrencia de crisis financieras, así como de mejorar su gerenciamiento cuando éstas se desencadenan. Una característica que explica la deficiencia de las regulaciones es la presencia de una enorme discrepancia entre la sofisticación y el dinamismo alcanzado por los mercados financieros internacionales y las anticuadas y estáticas instituciones existentes para su regulación.

Durante estos últimos años el mundo desarrollado se caracterizó por presentar tasas de interés muy bajas (cercanas a cero) y una constante generación de liquidez, a partir de la necesidad de enfrentar el sesgo recesivo que introdujo la aparición de la crisis financiera. Esta situación generó un persistente ingreso de capitales hacia las economías emergentes, a partir de la búsqueda de rentabilidad, dado el diferencial de intereses y el potencial de estas economías. Este flujo de ingreso de capitales se registra en gran medida por inversiones de cartera, volátiles y cortoplacistas. Durante el año 2010 se registró un flujo neto de capitales privados a la región latinoamericana por 3,6 por ciento del PIB, donde más del 50 por ciento tuvo como destino los mercados de bonos y acciones. En los últimos días preocupa una pequeña reversión en estos flujos, como consecuencia del incremento del riesgo en los mercados de los países desarrollados. La posibilidad de una profundización de la crisis, actualmente en Europa, podría generar la aparición de un proceso de aversión al riesgo y, consecuentemente, una salida de capitales en mayor escala.

Una de las principales características de los movimientos de capitales es su comportamiento procíclico. Esto hace necesaria su fuerte regulación. Existe una amplia gama de posibilidades a la hora de implementar controles a los movimientos de capitales. Estos controles pueden ser selectivos, a la entrada o a la salida, temporarios o permanentes, universales o específicos. Cada una de estas variantes implica diferencias de implementación y apunta a controlar diferentes operaciones.

En la Argentina, durante los últimos años se llevaron adelante medidas de control al ingreso de capitales especulativos. En el caso argentino, esto se realiza a partir del requerimiento de inmovilización de un 30 por ciento del capital invertido durante un año en una cuenta del Banco Central. Algunos otros países de la región, como por ejemplo Brasil, llevan adelante procesos de control similares al argentino. Sin embargo, resulta fundamental coordinar medidas de control a los movimientos de capitales especulativos en el ámbito regional. En este sentido, surge como auspiciosa la iniciativa del Consejo de Economía y Finanzas de Unasur que ha decidido avanzar en el diseño de medidas conjuntas de control a los flujos de capitales, desde el punto de vista macroprudencial. En conjunto, con el diseño de medidas que apunten al control de los flujos de capitales se plantea llevar adelante también políticas que se complementan en el sentido de proteger a la región de estos movimientos. Se destacan la iniciativa de constitución de un fondo regional de reservas, el diseño de mecanismos de swaps entre Bancos Centrales y la coordinación macroeconómica junto con la implementación de medidas macroprudenciales.

Frente a las deficiencias que presenta la AFI en materia de regulación y control a los flujos de capitales, surge como potencial la creación de una Arquitectura Financiera Regional, en la que puedan coordinarse medidas concretas a los controles de capitales, con el objetivo de evitar shocks externos por esta vía y reducir sustancialmente el efecto contagio que se desata cuando estos shocks afectan a una economía en particular.

* Economista de La Gran Makro.

Representa un peligro

Por Emiliano Libman *
Intentaremos entender la fuga de capitales a partir de un sencillo problema de contabilidad, disciplina que la macroeconomía tiene entre sus pilares. Supongamos que ganó 100 pesos por mes y gastó 50 en bienes; forzosamente los 50 restantes se consideran “ahorro”. Si en cambio soy dueño de una empresa, y consideramos a esos 100 pesos como ingresos de la misma, podría descontar además 20 pesos empleados para comprar maquinaria y con los que mantengo a flote mi negocio. De todas maneras me sobran 30, que necesariamente estaré ahorrando. Para esto tengo opciones, pero indefectiblemente tengo que adquirir un activo financiero emitido por alguien más.

Del anterior ejemplo se desprende que mi ingreso es igual a la suma de mis gastos (corrientes y de capital) y de mi ahorro. Por otra parte, una cosa es la magnitud del ahorro y otra muy diferente es cómo ahorro (¿armo un plazo fijo?, ¿guardo la plata abajo del colchón?). Cuando en lugar de un individuo analizamos una economía, la que mantiene relaciones con el exterior se la suele dividir en tres sectores: público, privado y externo. Si la economía nacional (sector privado y público) gasta menos que su ingreso, al igual que en nuestro ejemplo individual, la diferencia necesariamente se ahorra; en este caso contra el resto del mundo.

El ejemplo anterior fue el caso de la economía argentina durante los últimos años: superávit por cuenta corriente y fiscal que no son otra cosa que un Estado y un sector privado que gastan menos que sus ingresos; el resto del mundo nos paga con dólares, los cuales se usan para pagar deudas, quedan en las arcas de nuestro Banco Central o conforman la “fuga de capitales”.

En el caso argentino, el Estado utilizó este ahorro para cancelar parte de su deuda externa y conformar un buen colchón de reservas internacionales. ¿Qué podemos decir del sector privado? Este sector hace unos tres años que viene conformando activos en moneda extranjera. En una economía en donde existen instrumentos financieros en moneda nacional que ofrecen un retorno razonable a los inversores privados (dadas las condiciones económicas internas y externas), éstos suelen ahorrar en activos locales; los dólares del sector privado pasan entonces a manos del Banco Central. De esta manera, si en el actual contexto hablamos de “frenar la fuga”, implica lograr que quienes hoy compran dólares o poseen dólares se conformen con invertir en pesos, engrosando el stock de reservas en manos del Banco Central. Esto se puede lograr elevando el atractivo de los activos locales (devaluando o subiendo tasas) o castigando el retorno de los activos externos (imponiendo controles e impuestos a la compra de moneda extranjera, por ejemplo).

Hay que destacar que la fuga tiene implicancias diferentes según cómo se financie. Se advierte que la fuga actual es un peligro mucho menor que durante los años anteriores de historia económica de nuestro país, donde los dólares que salían no ingresaban en concepto de ingresos no gastados por nuestro Estado o por el sector privado nacional, sino que eran la contrapartida de una Argentina que se endeudaba cada vez más y en moneda extranjera contra acreedores externos (puesto que el gasto nacional era superior al ingreso nacional). En presencia de déficit por cuenta corriente, y ante un escenario externo crítico, la fuga de capitales era un fenómeno implacable que provocaba destrozos a la economía nacional, la que no podía operar normalmente si los inversores internacionales dejaban de prestarnos.

La salida de capitales a partir del lockout agrario de marzo de 2008 es, pues, un fenómeno diferente al anterior, porque convive con el superávit de cuenta corriente. En el actual contexto, los privados pueden seguir ahorrando en dólares sin que esto ocasione situaciones críticas como en el pasado. La salida de capitales no es necesariamente un obstáculo, aunque es probable que las reservas escaseen de cara al futuro y algún día lamentemos los dólares que hoy se pierden. Aunque la fuga “modelo” 2008-2010 no ha implicado aún restricciones relevantes, se plantea un importante interrogante de cara al futuro. Al actual ritmo de crecimiento y de apreciación del peso (en términos reales), el stock de reservas internacional comenzará a disminuir, situación que se complica dada la depreciación del real. De no recomponerse la oferta de divisas, tomar deuda resultará indispensable para mantener a la economía funcionando a un alto ritmo. Aquí es donde la fuga puede representar un peligro: en la medida en que no haya mercados financieros que operen en pesos, la nueva deuda estará denominada en moneda extranjera, conllevando pérdida de autonomía y mayores grados de fragilidad.

* Economista, UBA.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-178558-2011-10-10.html

28 de octubre de 2011

Binner y el 82%


http://www.chequeado.com/component/content/article/54-recuadros-investigaciones/87-dicho-a-hechos.html
La reforma del sistema previsional
Binner asegura que en Santa Fe los jubilados cobran el 82%
1 2 3 4 5 ( 2 Votos ) Por Matías Di Santi
Jueves 08 de Julio de 2010
EXAGERADO
Hermes Binner: "En Santa Fe rige el 82% jubilatorio". (La Nación, 4-7-2010)

ADEMÁS...
>Aún sin el 82%, hay dudas sobre la sustentabilidad del sistema
>Propuestas improbables

El gobernador santafecino, Hermes Binner, se mostró a favor del proyecto que se debate en el Parlamento para elevar el haber jubilatorio al 82% móvil del salario, y argumentó que “en Santa Fe rige el 82% jubilatorio”. Sin embargo, la afirmación de Binner puede resultar engañosa en varios puntos:
• A diferencia del proyecto de ley que intenta promover la oposición, que propone elevar la jubilación mínima de $825,20 a una cifra equivalente al 82% del salario mínimo, vital y móvil, la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Santa Fe paga actualmente ese porcentaje con una fórmula que toma como base el salario promedio de los últimos diez años de aportes de cada trabajador que acredite 35 años de servicios, tal como lo establece la ley provincial 12.464. La primera diferencia radica, entonces, en que son dos sistemas previsionales distintos.

• En segundo lugar, la ordenanza 6166 de la Caja establece que el régimen sólo está destinado a “funcionarios, empleados, obreros y demás agentes civiles” de la provincia de Santa Fe, además de los docentes con 30 años de servicio que estén afiliados al sistema previsional, y no a todos los jubilados que viven dentro de la provincia, como se desprende de los dichos del gobernador.

• Por último, según el Informe Auditoría N° 04/10 del Tribunal de Cuentas de Santa Fe, la deuda total de la Caja de Jubilaciones al 30 de abril de este año fue de 40 millones de pesos.

Las experiencias provinciales muestran que, incluso cuando el pago de jubilaciones equivalentes al 82% del salario está acotado a los empleados públicos, ha generado serios déficits en los sistemas previsionales.

Tal es el caso de la gobernación de Santa Cruz, que presentó un proyecto de reforma para reducir el 82% al que hoy tienen derecho los 42 mil trabajadores y empleados públicos provinciales, con el argumento de que la Caja de Previsión Social tiene un déficit que en los próximos años llegaría a superar los 1.200 millones de pesos.

La reforma santacruceña prevé subir el descuento jubilatorio de los trabajadores activos, mantener el requisito de los 30 años de aportes al sistema previsional nacional, pero aumentar de 20 a 25 los años de aportes a la Caja santacruceña, para tener derecho al 82%. A quienes no alcancen este nuevo requisito se les disminuirá un punto del haber jubilatorio por cada año que falte hasta los 25 años de aporte.

El proyecto, además, modifica el cálculo del haber inicial: ya no será el mejor sueldo de la última década, sino que pasa a ser el promedio actualizado de los últimos cinco años o de los diez años de la carrera. Y aumenta a 70 años de edad y 20 de aportes (con 15 a la caja local) los requisitos para obtener la jubilación por edad avanzada (antes, la edad establecida para acceder al derecho era de 65 años).



http://www.chequeado.com/

Un chequeo a los spots publicitarios
Binner: la mortalidad infantil “más baja de la historia” y el 82% móvil
1 2 3 4 5 ( 25 Votos ) Por Matías Di Santi
Lunes 08 de Agosto de 2011


El candidato menciona estos temas en su campaña y los destaca como puntos fuertes de su gestión para ganar las elecciones en octubre. Con esta nota, Chequeado.com inicia las verificaciones a las publicidades electorales.


Hermes Binner es el candidato a presidente del Frente Amplio y Progresista (FAP) y su spot sobre salud y jubilaciones se presenta por radio y televisión. A una semana de las elecciones primarias, Chequeado.com publicará chequeos a los spots de los candidatos que contengan frases chequeables. Separadamente por una cuestión de equidad, habrá mención a “los inchequeables”.


“En Santa Fe tenemos la mortalidad infantil y materna más baja de la historia”. VERDADERO
Efectivamente, según un informe de situación del Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe, la tasa de mortalidad infantil mantuvo la tendencia decreciente que venía manifestando desde la década del 90 y alcanzó el nivel más bajo en 2010, con 9.70 muertes cada 1000 nacidos vivos.

Lo mismo sucedió con la tasa de mortalidad materna. Según las cifras provinciales, el indicador aumentó en 2009 como consecuencia de la epidemia de Gripe “H1N1” pero volvió a descender bruscamente a 2,20 muertes maternas por 10.000 nacidos vivos en 2010, marcando un récord histórico.



“Nuestros jubilados provinciales cobran el 82% móvil”. VERDADERO, PERO…
La Caja de Jubilaciones y Pensiones de Santa Fe paga actualmente el 82% a “funcionarios, empleados, obreros y demás agentes civiles” de la Provincia de Santa Fe, además de los docentes públicos y privados afiliados al sistema previsional santafesino a partir de 1993. Pero sólo lo hace con aquellas personas que acrediten 35 años de servicio y tengan 60 años, en el caso de la mujer, y 65 en el caso del varón.

Si bien este régimen se aplica para todos los jubilados provinciales, tiene ciertas características que no permiten compararlo con el 82% móvil establecido en el proyecto de ley que vetó la presidenta Cristina Fernández.


Proyecto 82% en Nación
82% en Santa Fe
Requiere 30 años de aporte (60 años mujer; 65 años varón)
Requiere 35 años de aporte (60 años mujer; 65 años varón)
El haber mínimo es igual al 82% del Salario Mínimo, Vital y Móvil definido por el Consejo Nacional del Salario.
El haber ordinario -con 30 años de aporte- es igual al 72% de un salario promedio de los últimos diez años de aportes (recién con 5 años más se llega al 82%).
El haber mínimo se actualiza con cada incremento del salario mínimo en base a la Ley de Movilidad Jubilatoria (Nº 26.417).
El haber mínimo se actualiza con un coeficiente sectorial global fijado por el Poder Ejecutivo y que debe ser equivalente al aumento pautado por el personal activo en las paritarias. No contempla coeficientes para cada uno de los cargos en el sector.
No rige una ley de actualización como a nivel nacional.
Fuente: Elaboración propia en base a Proyecto de Ley Nº 26.649 (C.Lozano), y leyes provinciales Nº 6915, Nº 11.373 y Nº 12.464




Por otra parte, Binner presenta este régimen como un logro de su gestión. Sin embargo, la ley provincial 12.464 fue sancionada en el año 2005 cuando el justicialista Jorge Obeid era gobernador de la Provincia. La norma, modificatoria de la Ley 6915 (1973), fue la que introdujo los cambios hoy vigentes del sistema previsional santafesino. Entre ellos, elevó el haber base del 60% al 72%, y contempló mejoras para quienes continuaran trabajando una vez reunidos los requisitos para jubilarse (30 años de servicio y las mismas edades para la mujer y el varón), como aumentar del 80 al 82 por ciento el porcentaje de cálculo sobre el salario promedio.


http://www.chequeado.com/ultimas-noticias/718-binner-la-mortalidad-infantil-mas-baja-de-la-historia-y-el-82-movil.html

27 de octubre de 2011

HOMENAJE A NESTOR KIRCHNER


NESTOR Y CRISTINA - HOMENAJE A NESTOR KIRCHNER - OCTUBRE 2010



Quisiera que me recuerden sin llorar
ni lamentarme
quisiera que me recuerden por haber hecho caminos
por haber marcado un rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados
porque interpreté sus ansias
porque canalicé su amor.

Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices
la seguridad de los justos
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores
con comprensión por mis debilidades
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido, que será el más duro castigo por no cumplir mi deber de hombre.

Este poema pertenece de Joaquín Enrique Areta, leído por el Presidente Néstor Kirchner en la presentación de la Antología de poetas desaparecidos publicadas por la SEA, "Palabra Viva" en 2005

NESTOR Y CRISTINA GRACIAS 27 11 2010


Por Alejandro Dolina
El peronismo ha sido muchas veces actor principal de acuerdos y concertaciones políticas. Hay, por otra parte, un arsenal de pensamientos burgueses que garantizan la conveniencia de buscar coincidencias.

Algunos llegan a decir que en realidad, todos deseamos lo mismo y que discrepamos acerca de las metodologías.

Se ha llegado a sostener que las ideologías habían muerto y que bastaba con elegir buenos administradores para que gobernaran.

Todo esto viene acompañado con un continuo elogio de las buenas maneras en las discusiones políticas y aún en los conflictos sociales.

A cada momento se nos propone a nuestra admiración la conducta de príncipes sonrientes o de antagonistas que se dispensan elogios mutuos durante las negociaciones.

Estas escasas palabras servirán primero para saludar todas estas ideas que acabo de exponer.

¿Quién soy yo para no ovacionarlas de pie? Pero también, y como humilde despacho en disidencia, propongo un tímido elogio del desacuerdo, de la bifurcación, de la heterodoxia, de la herejía.

Después de todo, las revoluciones surgen sólo de desacuerdos: el hombre es un mono disidente.

Me permito entonces, subrayar la acción política de Néstor Kirchner como venturoso gestor de desacuerdos. El se atrevió a recorrer caminos que nadie se atrevía a transitar y que parecían alejarse de las concurridas avenidas centrales que recomendaban los poderosos del mundo global. Y se metió por unas calles ya olvidadas cuyos nombres sólo se pronunciaban en los foros estudiantiles, en las reuniones de soñadores y en rincones que siempre estaban alejados del poder político.

Esas calles de desacuerdo ahora pueden reconocerse: una conduce al crecimiento del mercado interno... Otra al control del comercio exterior... Está bien el boulevard de la intervención del Estado o la esquina de la ley de medios, la plaza de la asignación por hijo y los veredones del desendeudamiento. Algunas de estas calles habían sido recorridas por otro señor en 1946.

Cuando alguien del poder político se atreve a caminar estos senderos termina por llegar a un distrito donde el poder político no está en el mismo lugar que el poder económico. Y la bifurcación se produce y son inevitables los ataques de las corporaciones y de los poderosos que tratarán de conseguir el regreso de los gobernantes tránsfugas hacia las avenidas iluminadas de sus intereses.

Hace muchos años hubo por televisión un debate entre el doctor Teodoro Bronzini, líder socialista e intendente de Mar del Plata, y el doctor Becar Varela que militaba en el partido que entonces tenía al menos el coraje de admitirse como conservador.

Fue una conversación muy amable y el moderador se sorprendió al fin del programa de que hubieran coincidido en tantas cosas. En realidad, no era sorprendente, ambos políticos formaban parte de una visión liberal del mundo y eran funcionales a los intereses de las corporaciones. ¿Cómo no van a ser amables si en el fondo pensaban lo mismo? Néstor Kirchner no les parecía amable a las corporaciones. En verdad, ningún otro presidente salvo aquel otro señor de 1946, les pareció tan desagradable. Y lo atacaron como a nadie ¿Por qué? No porque Kirchner tuviese mal carácter y fuera confrontativo como quien es cascarrabias.

No se trataba de una cuestión de carácter: este tipo había tocado sus intereses. Y fue el único que lo hizo. Todos los demás parecían aceptables en algún momento porque también en algún momento eran funcionales a los intereses del poder económico.

Y eso es todo lo que quería decir, a veces no hay más remedio que disentir, que persistir en el desacuerdo. Hoy casi por única vez en nuestra historia, el poder político no está donde está el poder económico.

Y este hombre que ahora se ha ido produjo un último acto de `insujeción`. Su muerte encendió la luz, y como en un refusilo vimos algo que la cerrazón de los medios había ocultado en la oscuridad: las calles laterales, las que no recomendaban los poderosos, estaban llenas de gente.






May-27-2011




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APROPIARSE... UN TERMINO Y UN ACTO... - Apr 02

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DISCURSO EN EL ACTO DE ASUNCIÓN COMO PRESIDENTE POR ANTE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Néstor Kirchner [25 de Mayo de 2003] 


Señores jefes de Estado; su Alteza Real; señores jefes de Gobierno; señores representantes de gobiernos extranjeros; señores invitados especiales que nos honran con sus presencias en este lugar; señores miembros del Congreso reunidos en Asamblea; ciudadanas y ciudadanos presentes; querido pueblo argentino: en este acto, que en los términos del artículo 93 de la Constitución de la Nación tiene por finalidad la toma de posesión del cargo de Presidente de la Nación Argentina para el que he sido electo, creo que es necesario poder compartir con ustedes algunas reflexiones expresando los objetivos de Gobierno y los ejes directrices de gestión para que el conjunto de la sociedad argentina sepa hacia donde vamos y cada uno pueda, a su vez, aportar su colaboración para la obtención de los fines que los argentinos deberemos imponernos por encima de cualquier divisa partidaria.
Es que nos planteamos construir prácticas colectivas de cooperación que superen los discursos individuales de oposición. En los países civilizados con democracias de fuerte intensidad, los adversarios discuten y disienten cooperando. Por eso los convocamos a inventar el futuro.
Venimos desde el Sur del mundo y queremos fijar, junto a ustedes, los argentinos, prioridades nacionales y construir políticas de Estado a largo plazo para de esa manera crear futuro y generar tranquilidad. Sabemos adonde vamos y sabemos adonde no queremos ir o volver. (Aplausos)
El 27 de abril, las ciudadanas y los ciudadanos de nuestra patria, en ejercicio de la soberanía popular, se decidieron por el avance decidido hacia lo nuevo, dar vuelta una página de la historia. No ha sido mérito de uno o varios dirigentes, ha sido, ante todo, una decisión consciente y colectiva de la ciudadanía argentina. (Aplausos)
El pueblo ha marcado una fuerte opción por el futuro y el cambio. En el nivel de participación de aquella jornada se advierte que pensando diferente y respetando las diversidades, la inmensa y absoluta mayoría de los argentinos queremos lo mismo aunque pensemos distinto.
No es necesario hacer un detallado repaso de nuestros males para saber que nuestro pasado está pleno de fracasos, dolor, enfrentamientos, energías mal gastadas en luchas estériles, al punto de enfrentar seriamente a los dirigentes con sus representados, al punto de enfrentar seriamente a los argentinos entre sí.
En esas condiciones, debe quedarnos absolutamente claro que en la República Argentina, para poder tener futuro y no repetir nuestro pasado, necesitamos enfrentar con plenitud el desafío del cambio.
Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, ésta es la
oportunidad de la transformación, del cambio cultural y moral que demanda la hora. Cambio es el nombre del futuro.
No debemos ni podemos conformarnos los argentinos con haber elegido un nuevo Gobierno. No debe la dirigencia política agotar su programa en la obtención de un triunfo electoral sino, por el contrario, de lo que se trata es de cambiar los paradigmas de lo que se analiza el éxito o el fracaso de una dirigencia de un país.
A comienzos de los 80, se puso el acento en el mantenimiento de las reglas de la democracia y los objetivos planteados no iban más allá del aseguramiento de la subordinación real de las Fuerzas Armadas al poder político. La medida del éxito de aquella etapa histórica, no exigía ir más allá de la preservación del Estado de derecho, las continuidad de las autoridades elegidas por el pueblo. Así se destacaba como avance significativo y prueba de mayor eficacia la simple alternancia de distintos partidos en el poder.
En la década de los 90, la exigencia sumó la necesidad de la obtención de avances en materia económica, en particular, en materia de control de la inflación. La medida del éxito de esa política, la daba las ganancias de los grupos más concentrados de la economía, la ausencia de corridas bursátiles y la magnitud de las inversiones especulativas sin que importara la consolidación de la pobreza y la condena a millones de argentinos a la exclusión social, la fragmentación nacional y el enorme e interminable endeudamiento externo. (Aplausos)
Así, en una práctica que no debe repetirse, era muy difícil de distinguir la solución pragmática de la cirugía sin anestesia.
Se intentó reducir la política a la sola obtención de resultados electorales; el Gobierno, a la mera administración de las decisiones de los núcleos de poder económico con amplio eco mediático, al punto que algunas fuerzas políticas en 1999, se plantearon el cambio en términos de una gestión más prolija, pero siempre en sintonía con aquellos mismos intereses. El resultado no podía ser otro que el incremento del desprestigio de la política y el derrumbe del país.
En este nuevo milenio, superando el pasado, el éxito de las políticas deberá medirse bajo otros parámetros en orden a nuevos paradigmas. Debe juzgárselas desde su acercamiento a la finalidad de concretar el bien común, sumando al funcionamiento pleno del Estado de derecho y la vigencia de una efectiva democracia, la correcta gestión de gobierno, el efectivo ejercicio del poder político nacional en cumplimiento de trasparentes y racionales reglas, imponiendo la capacidad reguladora del Estado ejercidas por sus organismos de contralor y aplicación.
El cambio implica medir el éxito o el fracaso de la dirigencia desde otra perspectiva. Discursos, diagnósticos sobre la crisis no bastarán ni serán suficientes. Se analizarán conductas y los resultados de las acciones. El éxito se medirá desde la capacidad y la decisión y la eficacia para encarar los cambios.
Concluye en la Argentina una forma de hacer política y un modo de cuestionar al Estado. Colapsó el ciclo de anuncios grandilocuentes, grandes planes seguidos de la frustración por la ausencia de resultados y sus consecuencias: la desilusión constante, la desesperanza permanente.
En esta nueva lógica, que no sólo es funcional sino también conceptual, la gestión se construye día a día en el trabajo diario, en la acción cotidiana que nos permitirá ir mensurando los niveles de avance. Un gobierno no debe distinguirse por los discursos de sus funcionarios, sino por las acciones de su equipos. (Aplausos)
Deben encararse los cambios con decisión y coraje, avanzando sin pausas pero sin depositar la confianza en jugadas mágicas o salvadoras ni en genialidades aisladas. Se trata de cambiar, no de destruir; se trata de sumar cambios, no de dividir. Cambiar importa aprovechar las diversidades sin anularlas.
Se necesitará mucho trabajo y esfuerzo plural, diverso y transversal a los alineamientos partidarios. Hay que reconciliar a la política, a las instituciones y al Gobierno con la sociedad.
Por eso, nadie piense que las cosas cambiarán de un día para otro sólo porque se declamen. Un cambio que pueda consolidarse necesitará de la sumatoria de hechos cotidianos que en su persistencia derroten cualquier inmovilismo y un compromiso activo de la sociedad en ese cambio.
Ningún dirigente, ningún gobernante, por más capaz que sea, puede cambiar las cosas si no hay una ciudadanía dispuesta a participar activamente de ese cambio. Desarmado de egoísmos individuales o sectoriales, la conciencias y los actos deben encontrarse en el amplio espacio común de un proyecto nacional que nos contenga, un espacio donde desde mucha ideas pueda contribuirse a una finalidad común.
En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central la idea de reconstruir un capitalismo nacional que genere las alternativas que permitan reinstalar la movilidad social ascendente. No se trata de cerrarse al mundo, no es un problema de nacionalismo ultramontano, sino de inteligencia, observación y compromiso con la Nación.
Basta ver como los países más desarrollados protegen a sus trabajadores, a sus industrias y a sus productores. Se trata, entonces, de hacer nacer una Argentina con progreso social, donde los hijos puedan aspirar a vivir mejor que su padres, sobre la base de su esfuerzo, capacidad y trabajo. (Aplausos)
Para eso es preciso promover políticas activas que permitan el desarrollo y el crecimiento económico del país, la generación de nuevos puestos de trabajo y la mejor y más justa distribución del ingreso. Como se comprenderá el Estado cobra en eso un papel principal, en que la presencia o la ausencia del Estado constituye toda una actitud política. Por supuesto no se trata de poner en marcha, una vez más, movimientos pendulares que vayan desde un Estado omnipresente y aplastante de la actividad privada a un Estado
desertor y ausente, para retornar continuamente de extremo a extremo, en lo que parece ser una auténtica manía nacional que nos impide encontrar los justos, sensatos y necesarios equilibrios.
Se trata de tener lo necesario para nuestro desarrollo, en una reingeniería que nos permita constar con un Estado inteligente. Queremos recuperar los valores de la solidaridad y la justicia social que nos permitan cambiar nuestra realidad actual para avanzar hacia la construcción de una sociedad más equilibrada, más madura y más justa. (Aplausos).
Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente, debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona. (Aplausos).
Es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales en un trabajo permanente de inclusión y creando oportunidades a partir del fortalecimiento de la posibilidad de acceso a la educación, la salud y la vivienda, promoviendo el progreso social basado en el esfuerzo y el trabajo de cada uno. Es el Estado el que debe viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores más vulnerables de la sociedad, es decir, los trabajadores, los jubilados, los pensionados, los usuarios y los consumidores. (Aplausos). Actuaremos como lo que fuimos y seguiremos siendo siempre: hombres y mujeres comunes, que quieren estar a la altura de las circunstancias asumiendo con dedicación las grandes responsabilidades que en representación del pueblo nos confieren. (Aplausos).
Estamos dispuestos a encarar junto a la sociedad todas las reformas necesarias y para ello también utilizaremos los instrumentos que la Constitución y las leyes contemplan para construir y expresar la voluntad popular. Vamos a apoyarnos en la Constitución para construir una nueva legitimidad de las leyes, que vaya más allá de la prepotencia del más fuerte. Un Estado no puede tener legitimidad si su pueblo no ratifica el fundamento primario de sus gobernantes. De la misma manera que luchamos contra la pobreza económica tendremos una conducta sin dobleces para impedir la pobreza cívica. (Aplausos).
Sólo cuando el Gobierno se desentiende del pueblo es que toda la sociedad empobrece, no sólo económicamente sino moral y culturalmente.
Somos conscientes de que ninguna de esas reformas serán productivas y duraderas si no creamos las condiciones para generar un incremento de la calidad institucional. La calidad institucional supone el pleno apego a las normas y no una Argentina que por momentos aparece ante el mundo como un lugar donde las violación de las leyes no tiene castigo legal ni social. A la Constitución hay que leerla completa. La seguridad jurídica debe ser para todos, no solamente para los que tienen poder o dinero. (Aplausos).
No habrá cambio confiable si permitimos la subsistencia de ámbitos de impunidad. Una garantía de que la lucha contra la corrupción y la impunidad será implacable, fortalecerá las instituciones sobre la base de eliminar toda posible sospecha sobre ellas.
Rechazamos de plano la identificación entre gobernabilidad e impunidad que algunos
pretenden. Gobernabilidad no es ni puede ser sinónimo de impunidad. Gobernabilidad no es ni puede ser sinónimo de acuerdos oscuros, manipulación política de las instituciones o pactos espurios a espaldas de la sociedad. (Aplausos).
Este combate es una tarea conjunta del Poder Ejecutivo, el Congreso y el Poder Judicial, pero también de la sociedad porque no podemos ignorar que es de esa misma sociedad de donde provienen los hombres y mujeres que integran las instituciones públicas y privadas. Cambio responsable, calidad institucional, fortalecimiento del rol de las instituciones con apego a la Constitución y a la ley y fuerte lucha contra la impunidad y la corrupción deben presidir no sólo los actos del Gobierno que comenzaremos sino toda la vida institucional y social de la República.
Queremos ser la generación de argentinos que reinstale la movilidad social ascendente, pero que también promueva el cambio cultural y moral que implica el respeto a las normas y las leyes. En este marco conceptual queremos expresar los ejes directrices en materia de relaciones internacionales, manejo de la economía, los procesos de la salud, la educación, la contención social a desocupados y familias en riesgo y los problemas que plantean la seguridad y la justicia en una sociedad democrática.
Profundizar la contención social de las familias en riesgo, garantizando subsidios al desempleo y asistencia alimentaria, consolidando una verdadera red federal de políticas sociales integrales para que quienes se encuentran por debajo de la línea de pobreza puedan tener acceso a la educación, la salud pública y la vivienda. (Aplausos).
Reinstalar la movilidad social ascendente que caracterizó a la República Argentina requiere comprender que los problemas de la pobreza no se solucionan desde las políticas sociales sino desde las políticas económicas. (Aplausos). Sabemos que hay que corregir errores y mejorar métodos en la forma de asignación de la ayuda social. (Aplausos). Pero es imprescindible advertir que la tragedia cívica del clientelismo político no es producto de la asistencia social como gestión de Estado, sino de la desocupación como consecuencia de un modelo económico. (Aplausos). En nuestro país la aparición de la figura del cliente político es coetánea con la del desocupado. Mientras en la República Argentina hubo trabajo, nadie fue rehén de un dirigente partidario. (Aplausos).
Al drama de la desaparición del trabajo y el esfuerzo como el gran articulador social, se sumó el derrumbe de la educación argentina. No hay un factor mayor de cohesión y desarrollo humano que promueva más la inclusión que el aseguramiento de las condiciones de acceso a la educación, formidable herramienta que construye identidad nacional y unidad cultural, presupuestos básicos de cualquier país que quiera ser Nación.
Una sociedad como la que queremos promover debe basarse en el conocimiento y en el acceso de todos a ese conocimiento. La situación de la educación argentina revela dos datos vinculados a su problema central, que es la calidad de la enseñanza. Por un lado, una creciente anarquía educativa, y por el otro, la crisis de los sistemas de formación docente. Ambos afectan severamente la igualdad educativa. El último sistema nacional de formación docente fue el de nuestras viejas y queridas maestras normales. Criticado por enciclopedista, memorista y repetitivo, pero nuestra generación fue la última formada en
esa escuela pública y la calidad de la educación era superior a la que hoy tenemos. Aquel viejo sistema no fue suplantado por otro. Por si esto fuera poco se le agregó con muy buena intención, pero con resultado dudoso, lo que quiso ser la federalización de la educación que trató de lograr autonomía, objetivo con el que estamos de acuerdo, pero se terminó en un grado cierto de anarquía en los contenidos curriculares y en los sistemas funcionales. La igualdad educativa es para nosotros un principio irrenunciable (Aplausos) no sólo como actitud ética, sino esencialmente como responsabilidad institucional. Debemos garantizar que un chico del Norte argentino tenga la misma calidad educativa que un alumno de la Capital Federal. (Aplausos).
Es correcto que las provincias dirijan y administren el sistema de prestación del servicio educativo, pero el Estado nacional debe recuperar su rol en materia de planificación , contenidos de la educación y sistemas de formación y evaluación docente. Garantizar la igualdad educativa de norte a sur es aportar a la formación de una verdadera conciencia e identidad nacional.
En el campo de la salud, el Estado asumirá un rol articulador y regulador de la salud pública integral sumando los esfuerzos de los subsectores públicos provinciales y nacionales, privados y de obras sociales, orientado a consolidar las acciones que posibiliten generar accesibilidad a las prestaciones médicas y a los medicamentos para toda la población.
La Ley de prescripción por el nombre genérico de los medicamentos recientemente reglamentada, será aplicada con todo el vigor, (aplausos), y el Programa Remediar, de gratuita distribución de medicamentos ambulatorios, continuará. (Aplausos)
Es objetivo de gobierno concretar un Sistema Nacional de Salud, que se consolidará en una red en la que el hospital público será un eje referencial, con los demás centros de salud, públicos o privados, para ser pilares estratégicos de la atención primaria de salud, integrándose con las políticas de contención social para avanzar en la tarea de prevención. El objetivo de dar salud a los argentinos impone que se asuman políticas de Estado que sean impermeables a las presiones interesadas, por poderosas que sean, provengan de donde provengan. (Aplausos).
Entre los fundamentales e insustituibles roles del Estado ubicamos los de ejercer el monopolio de la fuerza y combatir cualquier forma de impunidad del delito, para lograr seguridad ciudadana y justicia en una sociedad democrática en la que se respeten los derechos humanos.
El cumplimiento estricto de la ley que exigiremos en todos los ámbitos debe tener presente las circunstancias sociales y económicas que han llevado al incremento de los delitos en función directa del crecimiento de la exclusión, la marginalidad y la crisis que recorren todos los peldaños de las sociedad.
Pero también hay que comprender que, como sociedad, hace tiempo que carecemos de un sistema de premios y castigos. En lo penal, en lo impositivo, en lo económico, en lo
político, y hasta en lo verbal, hay impunidad en la Argentina. En nuestro país, cumplir la ley no tiene premio ni reconocimiento social. (Aplausos).
En materia de seguridad no debe descargarse sólo sobre la policía la responsabilidad de la detección de las situaciones de riesgo que sirve de base al desarrollo de la delincuencia. Son el Estado y la sociedad en su conjunto los que deben actuar participativa y coordinadamente para la prevención, detección, represión y castigo de la actividad ilegal.
Una sociedad con elevados índices de desigualdad, empobrecimiento, desintegración familiar, falta de fe y horizontes para la juventud, con impunidad e irresponsabilidad, siempre será escenario de altos niveles de inseguridad y violencia. Una sociedad dedicada a la producción y proveedora de empleo dignos para todos resultará un indispensable apoyo para el combate contra el delito (Aplausos).
Para comprender la problemática de la seguridad encontramos soluciones que no sólo se deben leer en el Código Penal, hay que leer también la Constitución Nacional en sus artículos 14 y 14 bis, cuando establecen como derechos de todos los habitantes de la Nación el derecho al trabajo, a la retribución justa, a las condiciones dignas y equitativas de labor, a las jubilaciones y pensiones móviles, al seguro social obligatorio, a la compensación económica familiar y al acceso a una vivienda digna, entre otros. (Aplausos).
El Estado debe ser esclavo de la ley para enfrentar el delito, pero no puede aceptar extorsiones de nadie, ni de quienes aprovechan una posición de fuerza en cualquiera de los poderes del Estado o en la economía, ni de quienes usan la necesidad de los pobres para fines partidistas.
La paz social, el respeto a la ley, a la defensa de la vida y la dignidad son derechos inalienables de todos los argentinos.
El delito es delito, sea de guante blanco, sea de naturaleza común, sea de mafias organizadas. (Aplausos).
Gobernabilidad es garantizar la prestación de un servicio de justicia próximo al ciudadano, con estándares de rendimiento, de eficiencia y de equidad que garanticen una real seguridad jurídica para todos los habitantes, cualquiera sea su situación económica o social.
En el plano de la economía es donde más se necesita que el Estado se reconcilie con la sociedad. No puede ser una carga que termine agobiando a todas las actividades, ni igualándolas hacia abajo con políticas de ajuste permanente a los que menos tienen. El objetivo básico de la política económica será el de asegurar un crecimiento estable, que permita una expansión de la actividad y del empleo constante, sin las muy fuertes y bruscas oscilaciones de los últimos años.
El resultado debe ser la duplicación de la riqueza cada quince años, y una distribución tal que asegure una mayor distribución del ingreso y, muy especialmente, que fortalezca nuestra clase media y que saque de la pobreza extrema a todos los compatriotas. (Aplausos).
Para alcanzar tales objetivos respetaremos principios fundamentales que ayuden a consolidar lo alcanzado y permitan los avances necesarios.
La sabia regla de no gastar más de lo que entra debe observarse. El equilibrio fiscal debe cuidarse. Eso implica más y mejor recaudación y eficiencia y cuidado en el gasto. El equilibrio de las cuentas públicas, tanto de la Nación como de las provincias, es fundamental.
El país no puede continuar cubriendo el déficit por la vía del endeudamiento permanente ni puede recurrir a la emisión de moneda sin control, haciéndose correr riesgos inflacionarios que siempre terminan afectando a los sectores de menos ingresos.
Ese equilibrio fiscal tan importante deberá asentarse sobre dos pilares: gasto controlado y eficiente e impuestos que premien la inversión y la creación de empleo y que recaigan allí donde hay real capacidad contributiva.
Mantenimiento del equilibrio fiscal y trajes a rayas para los grandes evasores, en la seguridad de que si imponemos correctamente a los poderosos el resto del país se disciplinará. (Aplausos).
Terminaremos con la Argentina donde el hilo se corta por lo más delgado y en eso actuaremos con energía, porque no es posible una economía sin esfuerzo y no alcanzará para ayudar a los desprotegidos si no hay cumplimiento impositivo. Quien no cumple sus obligaciones impositivas les resta posibilidades de ascenso social a los demás. La evasión es la contracara de la solidaridad social que exigiremos. (Aplausos).
Debemos asegurar la existencia de un país normal, sin sobresaltos, con el sector público y el sector privado cada uno en sus respectivos roles. Hay que dotar a la República Argentina de buena administración, gobernabilidad, estabilidad con inclusión y progreso social y competitividad.
Con equilibrio fiscal, la ausencia de rigidez cambiaria, el mantenimiento de un sistema de flotación con política macroeconómica de largo plazo determinada en función del ciclo de crecimiento, el mantenimiento del superávit primario y la continuidad del superávit externo nos harán crecer en función directa de la recuperación del consumo, de la inversión y de las exportaciones.
Sabemos que la capacidad de ahorro local, y, por ende, el financiamiento local, es central en todo proceso de crecimiento sostenido. Ello requiere estabilidad de precios, entidades financieras sólidas y volcadas a prestar al sector privado, personas y empresas, con eficiencia operativa y tasas razonables.
El desarrollo del mercado de capitales con nuevos instrumentos, con transparencia, con seguridad, es fundamental para recuperar la capacidad de ahorro y para alejarnos definitivamente de las crisis financieras internas, que en los últimos 20 años han golpeado fuertemente y por tres veces a los ahorristas y depositantes.
Los fondos externos deben ser complementarios a este desarrollo de los mercados locales y su gran atractivo está ligado a que sean fondos de inversión extranjera directa –inversión productiva-, que no sólo aportan recursos sino también traen aparejado progresos en la tecnología de procesos y productos.
Nuestro país debe estar abierto al mundo, pero abierto al mundo de una manera realista, dispuesto a competir en el marco de políticas de preferencia regional y fundamentalmente a través del MERCOSUR, (aplausos), y de políticas cambiarias flexibles acordes a nuestras productividades relativas y a las circunstancias del contexto internacional.
El crecimiento requerirá de una demanda creciente que aliente las inversiones, tanto para atender el mercado interno como a las exportaciones.
Al contrario del modelo de ajuste permanente, el consumo interno estará en el centro de nuestra estrategia de expansión. (Aplausos).
Precisamente para cumplir con esta idea de consumo en permanente expansión, la capacidad de compra de nuestra población deberá crecer progresivamente por efecto de salarios, por el número de personas trabajando y por el número de horas trabajadas. Esas tres variables juntas definen la masa de recursos que irán al consumo y al ahorro local y su evolución no puede ser fruto de una fantasía o de puro voluntarismo.
En nuestro proyecto nacional trabajaremos de la única manera seria que es crear un círculo virtuoso donde la masa de recursos crece –crece si la producción crece- y la producción aumenta si también lo hace la masa de recursos.
Avanzaremos simultáneamente en forma cuidadosa y progresiva creando las condiciones para producir más y distribuir lo que efectivamente se produzca.
Nuestras mejores posibilidades se ubican en torno al avance de la calidad institucional en el marco de una economía seria y creíble.
Trabajando en torno a estos principios, sin espectacularidades ni brusquedad en el cambio, seriamente, paso a paso, como cualquier país normal del mundo, podremos cumplir con los objetivos y cumplir hacia adentro y hacia fuera con nuestras obligaciones y compromisos. Acortando los plazos, el Estado se incorporará urgentemente como sujeto económico activo, apuntando a la terminación de las obras públicas inconclusas, la generación de trabajo genuino y la fuerte inversión en nuevas obras. (Aplausos). No se tratará de obras faraónicas, apuntaremos más a cubrir las necesidades de vivienda y de infraestructura en sectores críticos de la economía para mejorar la calidad de vida y a perfilar un país más competitivo, distribuyendo la inversión con criterio federal y desarrollando nuestro perfil productivo.
Tenemos que volver a planificar y ejecutar obra pública en la Argentina, para desmentir con hechos el discurso único del neoliberalismo que las estigmatizó como gasto público improductivo. (Aplausos). No estamos inventando nada nuevo, los Estados Unidos en la
década del treinta superaron la crisis económica financiera más profunda del siglo que tuvieron de esa manera.
La construcción más intensiva de viviendas, las obras de infraestructura vial y ferroviaria, la mejor y moderna infraestructura hospitalaria, educativa y de seguridad, perfilarán un país productivo en materia de industria agroalimentaria, turismo, energía, minería, nuevas tecnologías, transportes, y generarán nuevos puestos de trabajo genuinos.
Produciremos cambios en el sistema impositivo para tornarlo progresivo, lo que permitirá luego reducir alícuotas en función de la mejora en la recaudación, ampliada como quedará la base imponible y eliminadas que sean las exenciones no compatibles con la buena administración. Eso nos dará solidez y solvencia fiscal.
Forma parte de nuestra decisión cumplimentar con aquello que fue mandato constitucional del ’94 y que lamentablemente hasta hoy no se ha cumplido. Darnos una nueva ley de coparticipación federal no sólo implica nueva distribución y nuevas responsabilidades sino el diseño de un nuevo modelo de país. (Aplausos).
No se puede recurrir al ajuste ni incrementar el endeudamiento. No se puede volver a pagar deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos, (aplausos), generando más pobreza y aumentando la conflictividad social. La inviabilidad de ese viejo modelo puede ser a advertida hasta por los propios acreedores, que tienen que entender que sólo podrán cobrar si a la Argentina le va bien. (Aplausos)
Este modelo de producción, trabajo y crecimiento sustentable y con reglas claras, generará recursos fiscales, solvencia macroeconómica y sustentabilidad fiscal creando las condiciones para generar nuevo y mayor valor agregado, tienen además que permitir negociar con racionalidad para lograr una reducción de la deuda externa.
Este gobierno seguirá principios firmes de negociación con los tenedores de deuda soberana en la actual situación de default, de manera inmediata y apuntando a tres objetivos: la reducción de los montos de la deuda, la reducción de las tasas de interés y la ampliación de los plazos de madurez y vencimiento de los bonos.
Sabemos que nuestra deuda es un problema central. No se trata de no cumplir, de no pagar. No somos el proyecto del default. Pero tampoco podemos pagar a costa de que cada vez más argentinos vean postergado su acceso a la vivienda digna, a un trabajo seguro, a la educación de sus hijos, o a la salud. (Aplausos).
Creciendo nuestra economía crecerá nuestra capacidad de pago. En materia de defensa, actuaremos con un concepto integral de la defensa nacional, integrando la contribución de la acción de nuestras Fuerzas Armadas en pro del desarrollo, trabajando para su modernización e impulsando la investigación científica tecnológica en coordinación con otros organismos gubernamentales, para que sin apartarse de su actividad principal puedan contribuir al bienestar general de la población.
Queremos a nuestras Fuerzas Armadas altamente profesionalizadas, prestigiadas por el
cumplimiento del rol que la Constitución les confiere y por sobre todas las cosas, comprometidas con el futuro y no con el pasado. (Aplausos).
Desde este proyecto nacional la República Argentina se integrará al mundo dando pasos concretos hacia consensos políticos basados en el fortalecimiento del derecho internacional, el respeto a nuestras convicciones, la historia y las prioridades nacionales. Partidarios hacia la política mundial de la multilateralidad como somos, no debe esperarse de nosotros alineamientos automáticos sino relaciones serias, maduras y racionales que respeten las dignidades que los países tienen. (Aplausos)
Nuestra prioridad en política exterior será la construcción de una América Latina políticamente estable, próspera, unida, con bases en los ideales de democracia y de justicia social. (Aplausos).
Venimos desde el sur de la Patria, de la tierra de la cultura malvinera y de los hielos continentales y sostendremos inclaudicablemente nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas. (Aplausos).
EL MERCOSUR y la integración latinoamericana, deben ser parte de un verdadero proyecto político regional y nuestra alianza estratégica con el MERCOSUR, que debe profundizase hacia otros aspectos institucionales que deben acompañar la integración económica, y ampliarse abarcando a nuevos miembros latinoamericano, se ubicará entre los primeros puntos de nuestra agenda regional. (Aplausos)
Una relación seria, amplia y madura con los Estados Unidos de América y los Estados que componen la Unión Europea, es lo que debe esperarse de nosotros, el estrechamiento de vínculos con otras naciones desarrolladas y con grandes naciones en desarrollo del Oriente lejano y una participación en pro de la paz y la obtención de consenso en ámbitos como la Organización de las Naciones Unidas para que efectivamente se comprometa con eficacia en la promoción del desarrollo social y económico ayudando al combate contra la pobreza. (Aplausos) La lucha contra el terrorismo internacional, que tan profundas y horribles huellas ha dejado en la memoria del pueblo argentino, nos encontrará dispuestos y atentos para lograr desterrarlos de entre los males que sufre la humanidad. La inserción comercial de la Argentina ocupa un lugar central en la agenda de gobierno. Consolidar la política comercial como una política de Estado permanente que trascienda la duración de los mandatos de gobierno y cuente con la concurrencia del sector privado, de la comunidad académica, de la sociedad civil en general, será un objetivo estratégico de primer orden de esta administración. Profundizar la estrategia de apertura de mercados, incrementar sustancialmente nuestro intercambio con el resto del mundo, diversificar exportaciones hacia bienes con mayor valor agregado, desconcentrar ventas por destino y multiplicar el número de exportadores de modo que los beneficiarios del comercio exterior se derramen sobre todas nuestras ramas productivas.
La apertura masiva de nuevos mercados exige la negociación simultánea y permanente en todos los foros de negociación que involucren a nuestro país. Finalmente, no se trata de agotar en estas líneas la totalidad del curso de acción que seguiremos; no creemos en los catálogos de buenas intenciones, queremos expresar el
sentido y la dirección de las cosas que haremos. Se trata de abordar de una manera distinta los principales temas identificando adecuadamente los verdaderos problemas de la agenda social con la finalidad que el conjunto sepa cómo ayudar, cómo sumar, cómo ayudar a corregir.
Pensamos el mundo en argentino, desde un modelo propio. Este proyecto nacional que expresamos, convoca a todos y cada uno de los ciudadanos argentinos y por encima y por fuera de los alineamientos partidarios a poner mano a la obra de este trabajo de refundar la patria.
Sabemos que estamos ante un final de época; atrás quedó el tiempo de los líderes predestinados, los fundamentalistas, los mesiánicos. La Argentina contemporánea se deberá reconocer y refundar en la integración de tipos y grupos orgánicos con capacidad para la convocatoria transversal en el respeto por la diversidad y el cumplimiento de objetivos comunes. (Aplausos)
Tenemos testimonio de gestión y resultados, somos parte de esta nueva generación de argentinos que en forma abierta y convocante y desde la propuesta de un modelo argentino de producción, trabajo y crecimiento sustentable, llama al conjunto social para sumar, no para dividir; para avanzar y no para retroceder. En síntesis, para ayudarnos mutuamente a construir una Argentina que nos contenga y que nos exprese como ciudadanos.
Convocamos al trabajo, al esfuerzo, a la creatividad para que nos hagamos cargo de nuestro futuro, para que concretemos los cambios necesarios para forjar un país en serio, un país normal con esperanza y con optimismo.
Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a las que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada. (Aplausos)
No creo en el axioma de que cuando se gobierna se cambia convicción por pragmatismo. Eso constituye en verdad un ejercicio de hipocresía y cinismo. Soñé toda mi vida que éste, nuestro país, se podía cambiar para bien. Llegamos sin rencores, pero con memoria. Memoria no sólo de los errores y horrores del otro, sino también es memoria sobre nuestras propias equivocaciones. (Aplausos). Memoria sin rencor que es aprendizaje político, balance histórico y desafío actual de gestión.
Con la ayuda de Dios, seguramente se podrá iniciar un nuevo tiempo que nos encuentre codo a codo en la lucha por lograr el progreso y la inclusión social. Poniendo en una bisagra la historia, con mis verdades relativas, en las que creo profundamente pero que sé que se deben integrar con las de ustedes para producir frutos genuinos, espero la ayuda de vuestro aporte.
No he pedido ni solicitaré cheques en blanco. Vengo, en cambio, a proponerles un sueño: reconstruir nuestra propia identidad como pueblo y como Nación; vengo a proponerles un sueño que es la construcción de la verdad y la Justicia; vengo a proponerles un sueño que es el de volver a tener una Argentina con todos y para todos. Les vengo a proponer que
recordemos los sueños de nuestros patriotas fundadores y de nuestros abuelos inmigrantes y pioneros, de nuestra generación que puso todo y dejó todo pensando en un país de iguales. Pero sé y estoy convencido de que en esta simbiosis histórica vamos a encontrar el país que nos merecemos los argentinos. Vengo a proponerles un sueño: quiero una Argentina unida, quiero una Argentina normal, quiero que seamos un país serio, pero, además, quiero un país más justo. Anhelo que por estos caminos se levante a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación: la nuestra.
Muchas gracias. ¡Viva la patria! (Aplausos)
NÉSTOR CARLOS KIRCHNER







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