Pago de deuda por Néstor Kirchner
AGOSTO 20, 2014
Origen histórico de la deuda externa argentina Ningún gobierno puede salir de un default pagando lo mismo que debía antes (de lo contrario, no hubiese entrado en default)
Este conflicto es otra consecuencia más de un modelo económico diametralmente opuesto al de nuestro gobierno.
Con el golpe de estado de marzo de 1976 el país comienza a transitar por una etapa de desindustrialización acelerada con exclusión social. La contrapartida financiera de este modelo es el sobre-endeudamiento del país.
La deuda externa ascendía en 1976 a 8 mil millones de dólares. Al término de la dictadura era de más de 43 mil millones. El aumento de la deuda pública externa fue una constante en cada uno de los gobiernos que le siguieron a la dictadura. Solo en nuestro gobierno la deuda pública externa se redujo en 31.000 millones de dólares, producto de las exitosas renegociaciones contras las que hoy atentan los Fondos Buitres.
deuda externa argentina
Bajo el régimen de sobreendeudamiento cada vez más recursos presupuestarios deben emplearse para el pago de los servicios de deuda, reduciendo paulatinamente el papel de Estado a esa única función. Por otra parte, la imposibilidad de hacer frente a los abultados vencimientos obliga al país a someterse a las recetas de los organismos multilaterales de crédito, que condicionan cada nuevo préstamo a nuevas medidas de ajuste. El ajuste tiene como único objetivo volver a obtener un nuevo crédito que se usa para pagar los anteriores, y así sucesivamente.
Este modelo hizo eclosión en 2001, con el default más grande de la historia mundial.
Desde 2003, el gobierno se ha dedicado a normalizar y reestablecer la relaciones financieras internacionales del país.
Se realizó una reestructuración voluntaria de deuda con una quita (más del 65%) y una aceptación record (92,4%). No se recurrió a los organismos multilaterales de crédito ni se pagaron comisiones escandalosas a la banca privada, como sí se hizo en ocasión del Mega-Canje y del Blindaje.
De esta manera, se redujo sustancialmente la relación entre deuda y PIB y, fundamentalmente, los servicios de deuda que el país paga anualmente, dando sostenibilidad al crecimiento.
Las reestructuraciones de deuda soberana con quita, reducción de tasas y estiramiento de plazos son una necesidad del sistema financiero internacional, como lo son las convocatorias y quiebras (justificadas, no las fraudulentas) para el funcionamiento de las empresa privada. Si después de un default los países se vieran obligados a pagar el 100% de sus obligaciones más los intereses y punitorios, como pretende el juez Griesa, el sistema deja de funcionar por dos motivos: 1. Ningún gobierno puede salir de un default pagando lo mismo que debía antes (de lo contrario, no hubiese entrado en default) y 2. nadie aceptaría una reestructuración si los jueces les aseguran que cobrarán el 100% en un futuro.
El accionar de los fondos buitres
Desde el default, los tenedores de deuda argentina pueden dividirse en dos grupos: 1. los que acompañaron la reestructuración negociando intensamente con el país y aceptando las quitas y 2. Los fondos buitres, que tienen como negocio cobrar el 100% de las deudas por la vía judicial. En realidad, pedir que negocien es una contradicción: su negocio es no negociar.
Desde 2001 se abrieron contra el país 900 causas judiciales y 80 intentos de embargo, que incluyeron las reservas del banco central, los fondos de los jubilados (FGS), dos satélites científicos, el edificio de la embajada en Washington, y hasta una muestra de fósiles de dinosaurios argentinos.
Todos los intentos de embargo fracasaron. ¿Por qué? Porque los bienes de un Estado Soberano son inembargables. No se le puede cobrar a un país sus deudas mediante la amenaza militar (doctrina Drago) ni mediante el embargo de sus bienes.
Pero el juez Griesa inventó, al servicio de los fondos buitres, una novedosa forma de coacción: la “extravagante” (término utilizado por EEUU en su Amicus) interpretación de la cláusula pari passu, utilizada para asegurar una ganancia del 1.600%, al no poder embargar los bienes de la República. Menos del 1% de los bonistas decidió bloquear el cobro de los servicios de deuda de Argentina al restante 92,4%.
Esta interpretación fue rechazada por la enorme mayoría de los países del mundo, entre ellos, por el propio Departamento del Tesoro de EEUU y por el FMI, entre otros.
Argentina apeló estas medidas ante Griesa, ante el Segundo Circuito y ante la Corte Suprema. El sistema judicial norteamericano las ratificó y el Poder Ejecutivo norteamericano no hizo nada para evitar los efectos perjudiciales para Argentina y para el sistema financiero global.
Qué ocurrió desde que la sentencia de Griesa quedó firme el 16 de junio de 2014
El 26 de junio la Argentina realizó el pago del total de sus vencimientos por 1150 millones de dólares. De este total, 317 millones se pagaron en pesos y 833 millones en moneda extranjera. Del total del pago en moneda extranjera 292 millones son ley argentina, 2 millones son ley Japonesa y 539 millones son ley New York y Londres. Estos 539 millones están en poder del BONY.
El juez Griesa decidió bloquear el cobro a todos los bonistas. Luego, liberó los bonos ley argentina. Actualmente, mantiene bloqueado el cobro de 539 millones.
Esos fondos son propiedad exclusiva de los bonistas.
Se suscitaron numerosos reclamos, lo cual muestra que tal como señalaba Argentina, la sentencia de Griesa es de imposible cumplimiento, porque pretende violar la inmunidad soberana y se excede de jurisdicción, dictando órdenes sobre títulos ley argentina, ley europea, ley japonesa.
El juez mostró además una manifiesta parcialidad en favor de los fondos buitres y un profundo desconocimiento de la deuda argentina en particular y del funcionamiento del mercado financiero de capitales en general.
Mientras el juez Griesa sigue dilatando sus decisiones, los fondos siguen retenidos dando lugar a una formidable fiesta especulativa donde los únicos ganadores son los fondos buitres. Los fondos buitres eran dueños de seguros contra default y forman parte de la asociación (ISDA) que determinó que los cobrarán. Además, los fondos buitres se han pasado las semanas generando rumores e información de mercado que hace que los títulos suban y bajen, creando oportunidades para inmensas ganancias. No es que obtienen información privilegiada, sino que la producen y, al mismo tiempo, apuestan sobre seguro para ganar en el mercado.
Nadie sabe qué decisión va a tomar el Juez con sus arbitrarias medidas que impiden el cobro. Esto está produciendo una gran incertidumbre entre los bonistas que participaron de los canjes.
Argentina debe proteger su exitosa restructuración de deuda
Se han agotado todas las instancias judiciales en Estados Unidos.
Griesa no resuelve nada, sólo actúa en favor de los fondos buitres
No está asegurado el pago de los próximos vencimientos (septiembre, por cerca de 200 millones de dólares)
Argentina pidió medidas cautelares ante el tribunal de la Haya pero aparentemnte EEUU no aceptará la jurisdicción
Las negociaciones de los buitres son una fantochada.
Argentina explicó sus razones, pidió una suspensión.
Argentina les ofreció ingresar al canje, obteniendo un rendimiento superior al 300%
Nos anoticiamos por los diarios de diversas tratativas entre privados, todas ellas fracasadas. No lo decimos nosotros, sino el propio fondo Aurelius que las dio por cerradas.
El fracaso en las negociaciones se debe a que los fondos buitres sólo aceptan cobrar el total de su reclamo, con una ganancia superior al 1600% y el Juez Griesa diseñó un mecanismo de extorsión: no deja cobrar a nadie si no cobran los buitres el total que reclaman.
Argentina, como país soberano, no puede aceptar esta verdadera extorsión.
Quieren convencer a todo el mundo de que hay default. Ya lo dijeron los expertos: es un griefault. El que incumple es Griesa, no la Argentina. El que no garantizar los derechos es EEUU.
No puede haber default en un país que tiene la voluntad y los recursos para seguir pagando normalmente los vencimientos de su deuda
No puede haber default si el 92% aceptó el canje y sólo lo rechaza un 1% con la complicidad de un juez
Argentina va a seguir pagando, más allá de toda extorsión. Lo venimos haciendo sin recurrir a los mercados, pagamos con recursos propios. No vamos a permitir que volteen la reestructuración de nuestra deuda.
Los objetivos de esta ley: Cumplir con los contratos
Cumplir los contratos: tanto con los bonistas como con el circuito de pago, siempre y cuando los bancos (como el BONY) también cumplan sus obligaciones. Respetar los prospectos de los bonos.
Asegurar el pago de los próximos vencimientos.
Respetar la voluntad de los bonistas del canje, a los que se les deja abierta la posibilidad de actuar según marcan los prospectos: pueden cambiar el circuito de pago y pueden reclamar ante el juez.
Además, ante la acusación de que Argentina no quiere pagar al 7,6% de los bonistas, se instrumenta el canje en las mismas condiciones de 2005 y 2010 y de ahora en más, con cada pago, se depositará el equivalente a los vencimientos que les corresponderían si ingresan al canje.
ESTO IMPLICA TRES COSAS:
1. QUE LOS BONISTAS PUEDAN COBRAR EN TIEMPO Y FORMA Y EN LA MONEDA DE ORIGEN. LA PLATA ESTARÁ DISPONIBLE EN LA REPÚBLICA ARGENTINA.
2. QUE SE PAGARÁ AL 100% DE LOS ACREEDORES EN CONDICIONES JUSTAS, EQUITATIVAS, LEGALES Y SUSTENTABLES.
3. Darle un cierre a todos los desastres que dejó 2001: arreglamos la deuda con los organismos multilaterales, la deuda con el club de parís, las deudas del ciadi, la deuda con el 92,4% de los bonistas privados. Con esta ley, damos por cerrado lo único que faltaba: el 7,6% que no ingresó a los canjes y que ahora puede cobrar en idénticas condiciones que el resto, lo mismo que el 1% que sigue atentando contra el país.
http://www.cfkargentina.com/origen-historico-de-la-deuda-externa-argentina/
*************************
Sábado, 24 de agosto de 2013 | Hoy
ECONOMIA › FALLOS DE RAPIÑA > DEL DEFAULT DE LA DEUDA AL FALLO DE LA CAMARA DE APELACIONES DE NUEVA YORK
La pelea, capítulo a capítulo
En marzo de 2005, Néstor Kirchner negoció la mayor quita de deuda de la historia con una adhesión del 76 por ciento. Un segundo canje elevó ese porcentaje al 93 por ciento, pero el 7 por ciento restante pone en jaque ese acuerdo.
Por Fernando Krakowiak
La Argentina logró en 2005 la quita de deuda soberana más grande de la historia. Sin embargo, el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York podría hacer fracasar ese acuerdo si la Corte Suprema de Estados Unidos no lo revisa. El juez de primera instancia Thomas Griesa dictaminó el 23 de febrero de 2012 que el país le debe pagar la totalidad de la deuda a un grupo de fondos buitre que no aceptaron ninguna quita y litigaron en su juzgado. El 26 de octubre la Cámara ratificó ese fallo y ayer desestimó la apelación del gobierno argentino. La totalidad de la deuda que reclaman los buitres en esa demanda es de unos 1330 millones de dólares, pero el problema no es sólo el monto. Si la Argentina les paga a esos acreedores el ciento por ciento de lo reclamado, todos los que ingresaron al canje estarán en condiciones de reclamar lo mismo. Entonces la reestructuración que negoció Néstor Kirchner se habrá caído.
En diciembre de 2001, el efímero gobierno de Adolfo Rodríguez Saá declaró un default por 81.200 millones de dólares, el 62 por ciento de un total estimado entonces en 132.000 millones de dólares. En ese momento, la Argentina atravesaba la peor crisis económica y social de su historia. Por lo tanto, era imposible seguir pagando toda la deuda. Los primeros contactos para regularizar la situación comenzaron recién durante el gobierno de Néstor Kirchner. El 25 de septiembre de 2003, cuatro meses después de haber asumido, el mandatario pidió colaboración en la Asamblea General de las Naciones Unidas para reconstruir la economía y recuperar la capacidad de pago. “Sin una concreta ayuda internacional, sin medidas que promuevan el crecimiento y el desarrollo sustentable, el pago de la deuda se torna una verdadera quimera”, sostuvo. Al mismo tiempo, advirtió que no se dejaría asfixiar por los acreedores. “Nunca nadie les pudo cobrar una deuda a los muertos”, agregó. Lo que vino después fue una dura negociación que cerró su primera etapa el 3 marzo de 2005, cuando el Gobierno concretó el primer canje de deuda con una quita nominal de 65,6 por ciento, la más grande de la historia. La adhesión fue del 76 por ciento.
Los que quedaron afuera incrementaron la presión contra el Gobierno con diversos pedidos de embargo ante tribunales internacionales. Varias demandas se radicaron en Nueva York porque parte de los bonos fueron emitidos bajo legislación estadounidense. A raíz de esa presión, en abril de 2010 la Argentina reabrió el canje con una nueva oferta, levemente mejor que la de 2005. El porcentaje de adhesión se elevó entonces al 93 por ciento, pero el 7 por ciento restante, en su gran mayoría fondos buitre, siguió litigando, logró embargar temporariamente algunos activos argentinos en el exterior, como la Fragata Libertad, y ahora puso al Gobierno en una nueva encrucijada.
Para lograrlo, los buitres contaron con el respaldo del juez Griesa. En febrero del año pasado, el magistrado emitió un fallo donde ordenó a la Argentina pagarle a los fondos Elliot, NML Capital, Dart, Aurelius, AC Paster y Blue Angel la totalidad de la deuda que reclaman, sin quita. El Gobierno apeló a la Cámara. En su escrito argumentó que esa medida discriminaba a los que entraron a los canjes de 2005 y 2010, poniendo en riesgo toda la reestructuración. El 26 de octubre de 2012, la Cámara de Apelaciones de Nueva York respaldó el fallo de Griesa y le ordenó al juez que defina con más precisión cómo hacer efectiva su resolución. “Jamás vamos a pagarles a los buitres”, respondió entonces el ministro de Economía, Hernán Lorenzino.
El 1º de noviembre de 2012 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló de una campaña anti Argentina y cuestionó a la Justicia estadounidense: “La verdad es que cuando uno ve lo que pasó con la Fragata Libertad y con las decisiones de la Justicia de Nueva York, recomiendo como Presidenta, por favor, a todos los que tengan que reestructurar deuda, no vayan más a Nueva York. No cometan el error de ir a un Estado o a una Justicia que evidentemente desconoce su propia legislación”, sentenció.
Griesa se mostró molesto con la reacción del Gobierno y el 22 de noviembre de 2012 sorprendió al ordenarle que les pague a los buitres 1330 millones de dólares en efectivo el 15 de diciembre de ese año. Incluso exigió que la Argentina depositara esa cifra en una cuenta de garantía para los buitres, junto con el pago del Cupón PBI. De otra manera, los bonistas que sí entraron al canje no podrían cobrar. La decisión provocó una fuerte caída en los bonos de la deuda. “Lo único que le faltó a Griesa es ordenar que manden a la Quinta Flota”, respondió Lorenzino. Además, el ministro dijo que el fallo de Griesa era “colonialismo judicial”.
Cuando parecía que la Argentina se encaminaba a un default técnico, la Cámara de Apelaciones de Nueva York ordenó suspender el fallo. La decisión la tomó el 28 de noviembre. Ese día fijó además un cronograma de presentaciones para ambas partes que finalizó el 27 de febrero. Cuando le tocó su turno, el gobierno argentino flexibilizó su posición e informó a la Cámara de Apelaciones que estaba dispuesto a reabrir el canje de deuda. La Cámara pidió más detalles y el 29 de marzo el Gobierno le acercó una propuesta donde replicó las condiciones de la oferta que realizó en 2010. Los buitres ratificaron luego que no aceptarían quita y ahora la Cámara ratificó su postura inicial y se inclinó por los acreedores, dejando a la Argentina al frente de una nueva crisis financiera. Además, sentó un precedente que dificultará todas las renegociaciones de deuda futuras a nivel mundial ya que, a partir de ahora, mientras haya un acreedor que no acepte, todo el proceso quedará pendiendo de un hilo. El impacto del fallo no es automático porque la orden de pago quedó en suspenso hasta que la Corte Suprema de Estados Unidos decida si interviene. Igual el panorama no es alentador, porque son muy pocos los casos que revisa la Corte.
fkrakowiak@pagina12.com.ar
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-227510-2013-08-24.html
CRISIS DE LA DEUDA MARTES 02 DE JUNIO 2015
A diez años del canje de Néstor Kirchner, la mochila de la deuda aún hoy pesa
Leandro Gabin
Por: Leandro Gabin lgabin@infobae.com
El Gobierno logró reestructurar el 76% de los pasivos en 2005 y con ayuda de la reapertura del 2010, alcanzar el 92%. Pero no puede conseguir fondos a tasas bajas. Países similares pagan 4% o menos.
Néstor Kirchner y su equipo hacían un anuncio vinculado al canje de deuda
Crédito: NA1 de 4Néstor Kirchner y su equipo hacían un anuncio vinculado al canje de deuda
"Los números con toda contundencia muestran hoy que nuestra deuda en cesación de pagos ha quedado reestructurada como resultado del proceso de canje. Por sus particulares características en un proceso único y excepcional la reestructuración integral logró la máxima aceptación de los mercados y lo que es más importante se apoya en una racional sustentabilidad interna. Se trata de la remoción de uno de los más importantes obstáculos estructurales que enfrentaba nuestra recuperación". La frase fue dicha por el ex presidente Néstor Kirchner al anunciar los resultados de la reestructuración de deuda finalizada en 2005, ante gobernadores, empresarios y Ejecutivo entero.
Aquel "triunfo", luego de que el mismo Kirchner recordara a los que habían vaticinado el fracaso de la transacción, lejos iba a ser -como él pensaba- el fin de la deuda argentina. Lo que suponía el final de facto, ya que se había conseguido una aceptación del 76% de los acreedores en esa vez, no iba a suceder. Se habían renegociado pasivos por casi u$s82.000 millones. Al mando de la operación no estaba sólo el mismo ex presidente, sino que contaba con Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen (ambos ahora en el massismo), quienes encaminaron las tratativas.
En el canje del 2005 se emitieron tres tipos de bonos, en dólares, pesos, euros y en yenes: eran los Discount, Par y Cuasipar (principalmente para compensar a las AFJPs). El 37% del monto de deuda emitido por el canje, fue en moneda local, con cláusula de indexación, a través del denominado Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) que finalmente fue rescatado por el mismo Gobierno en años posteriores al manipular burdamente las estadísticas del Indec.
Los bonos Par y Discount tenían una quita nominal del 33% y 66% respectivamente. La idea del equipo económico de entonces era patear los pagos de la deuda, luego de canjear los bonos en default por estos nuevos, al 2033 y 2038.
Algo novedoso por ese entonces que introdujo ese equipo económico fueron los denominados cupones PBI. Representaban un compromiso de pago en función del crecimiento del Producto Bruto Interno del país. El pago se realizaba en la medida en que se superara una meta de crecimiento preestablecida (del orden del 3% anual).
NA
La idea del tandem Lavagna-Nielsen era que ese instrumento se entregara de la mano al bono que se utilizaba para canjear la deuda en default. "El incomprendido", como lo bautizó un economista de Wall Street al cupón PBI, no sirvió como incentivo para que los inversores de ese canje eligieran aceptar la oferta argentina. De hecho, en sus esquemas de valuaciones de la oferta que ponía sobre la mesa el Gobierno, lo contabilizaban como "cero".
El plan era asociar el crecimiento argentino a los pagos de la deuda. El cupón rezaba el slogan de "si la economía crece, se comparte esa bonanza con los bonistas". Nadie creyó en realidad. Pero el cupón se transformó no sólo en el instrumento estrella de la city porteña, sino en una carga más que pesada para el Estado.
Desde el 2006 hasta el 2012, el cupón PBI insumió nada menos que u$s10.600 millones que debió pagar el país a los bonistas. En medio del debate sobre si las operaciones de canje fueron un real desendeudamiento del país, el cupón resultó un instrumento demasiado costoso.
El canje de 2005, producto del default de la deuda en 2001/2002, no quitó de la agenda pública el tema de la deuda. Tanto fue así que en 2010 el Gobierno (bajo el mando de Cristina Fernández de Kirchner) lanzó una reapertura (que había sido anunciada en 2008). Buscaban que ingresaran aquellos que no habían querido participar de la primera operación.
En medio de la crisis griega, el equipo económico en 2010 estaba comando por Amado Boudou y Hernán Lorenzino. Más allá de los tropiezos iniciales, lograron un nivel de aceptación del 66,7%. No se consiguió dinero fresco por la transacción, pero en las circunstancias que se dio el canje, el Gobierno evaluó como exitosa la operación en el sentido de "aislar" a los fondos buitres ya que se había logrado (entre el canje de 2005 y el de 2010) una aceptación del 92%.
"En términos conceptuales, a partir de esta operación que junto a la anterior superó 92,5% de los bonos elegibles, se puede cerrar en forma definitiva el tema de los holdouts. Estamos desarrollando estrategias legales para que Argentina quede liberada de esto. Para nosotros, haber demostrado que la gran mayoría aceptó significa que había problemas entre acreedores más agresivos y menos", dijo por ese entonces, un confiado Amado Boudou.
El por entonces ministro pensó que se "podía charlar" con el juez Thomas Griesa la forma de "encapsular" a los fondos buitre. El tiempo demostró que la estrategia, si es que la hubo, para contener a los fondos Elliott, Aurelius, BlueAngel, etc. fracasó.
Si bien con el canje del 2005 (76% de aceptación) y el 16% que le sumó la transacción del 2010, el país quedó en mucha mejor posición, la realidad es que hoy por hoy la Argentina tiene dificultades para conseguir financiamiento barato en un contexto de tasas bajísimas en el mundo.
La deuda pública total del Estado Nacional alcanzó al 42,8% del PBI al cierre del primer semestre del 2014, ubicándose en u$s198.863 millones, según datos oficiales de la secretaría de Finanzas.
El tan mentado "desendeudamiento", a diez años del canje que iba a solucionar todo, quedó en tan sólo un cambio de manos. Los mayores acreedores del Estado Nacional son los organismos públicos, que poseen el 57,8% del total de la Deuda Pública Nacional, destacándose el Banco Central (BCRA), el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES y el Banco de la Nación Argentina (BNA), entre otros.
La deuda con el sector privado se encuentra mayormente en manos de acreedores institucionales e individuales y en menor medida en bancos provinciales y otros organismos del sector público Provincial. Este conjunto asciende al 27,3% de la Deuda Pública Nacional.
En Economía destacan que la reestructuración permitió bajar los ratios deuda/PBI. Al cierre de 2013, alcanza al 187% para Japón, 164% para Grecia, 129% para Portugal, 126% para Italia, 96% para EEUU, 82% para España, 77% para Francia y 50% para Alemania. Por su parte, Brasil tiene un ratio Deuda/PIB del 50% mientras que Colombia (datos al primer semestre de 2013) alcanza valores en torno al 45%.
Lo cierto es que más allá de los números, países como los que nombra el Gobierno con mayor carga de la deuda obtienen financiamiento a menos de la mitad del 9% que pagó Axel Kicillof en la reciente colocación "fantasma" de Bonar 24 en el exterior. En las últimas transacciones salieron a probar suerte países como Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay. Las tasas se ubicaron entre el 4,15 y el 5,01 por ciento, con plazos visiblemente más largos, de entre 30 y 35 años.
Eso demuestra que más allá de lo que imaginó el Gobierno, primero con el canje del 2005 y luego con la reapertura del 2010, los problemas de la deuda no terminaron para el país. El último capítulo aún no se ha escrito, y tiene como protagonistas a los fondos buitre y muy posiblemente, al próximo Gobierno que tendrá que cerrar ahí si decididamente ese capítulo de la historia económica.
http://www.infobae.com/2015/06/02/1732569-a-diez-anos-del-canje-nestor-kirchner-la-mochila-la-deuda-aun-hoy-pesa
*******************************************************************
Economía
CRONOLOGÍA
Argentina y los "fondos buitre", una historia que comenzó en 2001
Hace más de una década que comenzó la disputa con los bonistas. Paso a paso qué paso.
Miércoles 30 de Julio 2014 Comentar3 Compartir 3 .
REUTERS
BUENOS AIRES.- Argentina cayó en default tras la grave crisis de 2001 y desde entonces arrastra una disputa con los bonistas que luego no aceptaron los canjes de deuda de 2005 y 2010. A continuación, una cronología de una historia que comenzó hace más de una década:
-Diciembre de 2001: en medio de una grave crisis económica, política y social renuncia el presidente argentino, Fernando de la Rúa. Lo reemplaza interinamente Adolfo Rodríguez Saá, que declara el cese del pago de la deuda externa porque no se podrán afrontar vencimientos de enero.
-Enero de 2002: el Congreso de la Nación decretó el default en medio de una grave crisis económica, política y social que estalló en diciembre de 2001.
-A mediados septiembre de 2003: el presidente argentino, Néstor Kirchner, acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo "stand by" a tres años.
-22 de septiembre de 2003: el ministro de Economía, Roberto Lavagna, propone reestructurar la deuda externa con una quita del 75 por ciento. Los acreedores lo rechazan.
-Junio de 2004: Argentina ofrece reestructurar la deuda con una quita promedio de entre el 63% y el 45%.
-14 de enero de 2005: se lanza la operación del primer canje de la deuda en default.
-15 de abril de 2005: finaliza el primer canje de deuda. Argentina renegocia unos 81.800 millones de dólares, con una adhesión del 76,15 por ciento de los bonistas.
-Enero de 2006: Argentina salda su deuda con el FMI con un pago anticipado de 9.530 millones de dólares.
-31 de enero de 2007: Argentina y España acuerdan reestructurar la deuda relacionada con un préstamo que España realizó en marzo de 2001.
-2 de septiembre de 2008: la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, anuncia que salda deuda de 6.706 millones de dólares con el Club de París con reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
-15 de abril de 2010: se lanza oficialmente un segundo canje de deuda, con una quita promedio de entre 66,3% y el 50%.
-23 de junio de 2010: Fernández de Kirchner anuncia el cierre del segundo canje. La aceptación alcanza al 92,4 por ciento de los bonistas al sumar los dos canjes.
-Octubre de 2012: la Corte de Apelaciones de Nueva York dictamina que la Argentina discriminó a "los fondos buitres" y los bonistas que no participaron de los canjes de 2005 y 2010.
-Noviembre de 2012: el juez de Nueva York Thomas Griesa determinó que la Argentina debe pagar el 100% de la deuda con los "fondos buitre" que no ingresaron en los canjes y litigaron en la Justicia de los Estados Unidos.
-Febrero de 2014: Argentina apela el fallo del juez de Nueva York ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.
-16 de junio de 2014: la Corte Suprema de los Estados Unidos rechaza revisar la apelación de la Argentina y el caso vuelve a Griesa, que ordena a la Argentina cumplir con el pago de 1.330 millones de dólares más intereses de una sola vez y en efectivo. Lo debe hacer junto con el próximo pago de su deuda reestructurada, que vence el 30 de junio. Argentina anuncia que no puede cumplir con el fallo.
-26 de junio de 2014: Argentina depositó más de 1.000 millones de dólares para saldar un vencimiento del 30 de junio correspondiente a su deuda reestructurada. Corre el riesgo de que el dinero sea embargado por orden de la Justicia estadounidense, a raíz de un reclamo de los "fondos buitre" que no aceptaron los canjes.
-27 de junio de 2014: La Justicia estadounidense frenó el pago de la deuda reestructurada de la Argentina pero no embargó el dinero depositado por el país para ese fin, tal como habían solicitado los bonistas que no ingresaron en los canjes, los llamados "fondos buitre".
-30 de junio de 2014: los bonistas que entraron en los canjes de 2005 y 2010 no reciben el pago tras el depósito del gobierno argentino, que asegura que cumplió con el pago. Comienza un período de gracia de 30 días para que la Argentina cumpla con el pago de la deuda reestructurada para no entrar en default, según las calificadoras de riesgo.
-Julio: continúan durante todo el mes las negociaciones entre la Argentina y los "fondos buitre" en busca de un acuerdo. Argentina asegura que no puede cumplir el fallo porque estaría incumpliendo la cláusula RUFO, que le impide ofrecer mejores condiciones que las que aceptaron los bonistas en los canjes de 2005 y 2010. Eso representaría demandas millonarias, argumenta el país.
-23 de julio de 2014: Fernández de Kirchner reitera que la Argentina "no va a entrar en default" porque ya cumplió con los pagos de su deuda reestructurada, pese a que sigue sin haber acuerdo en el litigio con los "fondos buitre" que no aceptaron los canjes de 2005 y 2010.
-30 de julio: Daniel Pollack, nombrado por el juez Thomas Griesa para mediar en la disputa que Argentina mantiene con los "fondos buitre" anuncia que no hubo acuerdo y que Argentina entrará en "default". El país no lo acepta: "Es una situación inédita, Argentina pagó", afirma el ministro de Economía, Axel Kicillof. La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's declaró la deuda en "default o incumplimiento selectivo" (categoría SD). (DPA)
http://www.lagaceta.com.ar/nota/601532/economia/argentina-fondos-buitre-historia-comenzo-2001.html